De acuerdo con cifras difundidas por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa todos los rubros que componen la oferta minoristas se retrajeron, incluyendo fuertes declives en bienes sensibles como alimentos y bebidas o medicamentos.
«El consumo viene bajando sustancialmente en los últimos meses, pero dentro de toda la caída de las ventas minoristas preocupa especialmente la baja en las compras de alimentos», señaló Domingo Roberto Torres, de la Unión Industrial de La Pampa.
En agosto, el 68,4% de los comercios consultados por CAME tuvieron descensos anuales en sus ventas, sólo 23% crecieron y el 8,6% se mantuvo sin cambios, según se informó.
La abundancia de ofertas en sectores como Indumentaria, Calzados, Bazares, Textil blanco, Marroquinería, entre otros, ayudó para generar liquidez y evitar una reducción mayor.
«La inestabilidad cambiaria alejó a los consumidores del mercado», coincidieron los empresarios consultados, especialmente sobre fin de mes, cuando las familias se quedaron con poco para el consumo.
Según se informó, un canal de ventas que jugó fuerte en agosto fue el online: «Si bien cada vez más negocios lo introducen como modo de comercialización, porque la tendencia es más a comprar desde ahí, fue notoria la aparición de proveedores ofreciendo al público a precios apenas superiores al que le venden al comercio, desplazando la intermediación minorista».
Al pormenorizar la caída en las ventas, CAME indicó que «los declives superaron al 10% en 7 de los 17 grandes ramos medidos, siendo especialmente profundos los desplomes en Textil-Blanco, Materiales eléctricos y ferreterías, y Electrodomésticos».
En este último ítem, las ventas a precios constantes cayeron un 11,1% frente al mismo mes del año pasado, con una reducción del 4,1% anual acumulada ya en el 2018.
«La salida de esos productos se vio muy retraída por la resistencia de la gente a endeudarse con las tarjetas. Se despacharon más que nada accesorios, y artículos de bajo valor. El que tenía que renovar electrodomésticos más importantes, puso la compra en compás de espera», se indicó en el informe. En Alimentos y Bebidas, las ventas a precios constantes bajaron 4,8% anual y suman un achicamiento del 1,9% en los primeros ocho meses del año.
«La gente va más al negocio de barrio, compra lo que necesita para uno o dos días y vuelve. Busca terceras marcas, comidas más económicas, prescinde de la bebida y de los productos complementarios. Muchos locales aumentaron la venta fiada con sus clientes más conocidos, frente al rebote de las tarjetas por falta de fondos», se explicó.
En ‘Indumentaria’, las operaciones descendieron 8,7% frente al mismo mes de 2017, y llevan una retracción del 4,7% en lo que va de este año, siempre medidas a precios constantes»
«Predominaron las ofertas, los 3×2, 2×1 y descuentos de hasta 50%, pero aun así, la gente compró muy poco. Sobre fin de mes, mientras se realizaba este relevamiento, se observaron comercios con muy poca mercadería, porque frente a la incertidumbre cambiaria, muchos empresarios prefirieron no vender a liquidar a precios que luego no pudieran reponer», de acuerdo al informe.+
En Calzados, las ventas se hundieron 9,2% en la comparación interanual y reúnen así una depresión de 4,5% en ocho meses del año, pese a que «hubo muy buenos precios en el mercado, liquidaciones con hasta 60% de descuentos».
A diferencia de Indumentaria, el cambio de temporada es más sutil en este ramo donde se privilegia el efectivo aunque se resigne rentabilidad.
Según explicó el presidente de FECOBA, Fabián Castillo, a los problemas de la coyuntura en este sector particular se suma que como no se modernizó el sistema de producción del calzado, hay menos calidad en el producto y eso baja la venta.