Una mujer entra al predio con un muñeco “Pujllay” sobre sus hombros, un vendedor de bebida cola lleva su bandeja sin gaseosas, pero repleta de envases de espuma loca, que vende como agua en el desierto, y muchas familias ingresan al predio como si se fueran a la playa. Así largó la previa de la grabación del DVD de Sergio Galleguillo en Santa María de Punilla.
Bien temprano ya se sabía que esta fiesta chayera iba a ser más que un recital: iba a convertirse en todo un acontecimiento carnavalesco que finalmente duró una jornada entera, que no le tuvo miedo al calor cordobés del mediodía y que aprovechó la movida festivalera para demostrar que se pueden sumar más opciones a la cartelera del folclore.
Pasadas las 12 del mediodía, el predio era una postal de Mar del Plata en plena temporada serrana: decenas de coloridas sombrillas, cientos de reposeras, incontables conservadoras y mucha gente en malla como si tuviera el mar a dos metros.
Además, en las inmediaciones del lugar que bordea la ruta 38 se vendieron desde temprano paquetes de harina de todas las marcas, todo tipo de espumas y pinturas de colores que muchos se animaron a usar entrada la tarde, cuando la fiesta era un hecho consumado y nadie tenía la ropa limpia.
Festival paralelo
Antes de que Galleguillo festejara oficialmente con la gente su cumpleaños número 48, decenas de artistas se subieron al escenario para avivar la llama del carnaval riojano, a pura chaya, albahaca y música.
Los primeros en subir fueron los chicos de La Copla, quienes tocaron pasado el mediodía ante un grupo menor de espectadores que se fueron acrecentando a medida que pasaban las horas. Según los organizadores, a las 18 la fiesta ya lograba superar las 10 mil personas. La clave: un festejo familiar con una entrada popular en pleno corazón festivalero de la provincia, a escasos kilómetros de Cosquín… donde no sólo está el público folklórico.
Pasados La Copla, el show siguió con Cara Fea y Llawar Llajta, quienes merecieron un capítulo aparte con los caporales de Tinku y los miembros de la comunidad boliviana de Villa El Libertador y sus “diabladas”.
Para ese entonces, cuando subieron los muñecos de carnaval, los cuerpos de todos los asistentes ya estaban cubiertos de harina y transpiración, sólo faltaban las pinturas de colores.
El calor de la siesta lo apaciguaron los grupos Ceibo, Abby Gacioppo, Las Cuatro Cuerdas y Canto 4. La perlita de la tarde: el ex-Gran Hermano Leandro Robin, conocido en la casa como “El Tucu”, tocó un clásico set de folklore y cerró su show con Sólo le pido a Dios. Obtuvo a cambio una muy buena respuesta del público que a esas alturas ya vivaba por Los Caligaris y Sergio Galleguillo.
Pura fiesta
El espectáculo central no empezó cuando largaron los primeros acordes de los temas de Galleguillo sino una hora antes, cuando Los Caligaris coparon el espacio disponible sobre el escenario y agitaron el espíritu del carnaval. Globos, carteles, una máquina para tirar papel picado fueron algunos de los elementos que el multitudinario grupo cordobés usó para llamar la atención de los asistentes y lo logró de tal forma que el público pidió que se quedaran hasta que ya no hubiera temas que tocar.
Así, con una plaza repleta y miles de personas excitadas por el calor y la bebida, Galleguillo se subió al escenario pasadas las 18.40 cuando la tarde comenzaba a caer sobre las sierras y las conservadoras ya estaban prácticamente vacías.
El primer invitado en subir al escenario fue “La Pepa” Brizuela de La Barra y luego estaba previsto que hicieran lo propio otros folcloristas de la talla de Facundo Toro, Los Carabajal, Los Tekis y Soledad Pastorutti. Casi todos referentes de la grilla de Cosquín 2017, como el mismo Galleguillo, que actuó el lunes.
Antes de largar la grabación de su DVD, el artista confesó a VOS que la organización de un evento de estas magnitudes sólo se puede hacer con un buen equipo al lado. “Es un sueño poder tener estos invitados y eso me pone muy ansioso y feliz”, decía minutos antes de subir al escenario.
Además, el riojano aseguró que Córdoba es el “puerto del folclore del país” y que “siempre es una alegría poder estar en los festivales de la provincia” durante la temporada.
Albahaca, harina y música
El carnaval chayero de Sergio Galleguillo cerró el miércoles por la noche un capítulo más de las fiestas populares de la provincia. Típico festejo riojano, aunque repleto de público de todo el país, afianzó las bases para que año a año se siga replicando a varios kilómetros del lugar a donde tuvo su origen.
Seguramente cuando el fulgor pasó y el show terminó, la señora del muñeco “Pujllay”, que lo tenía sobre sus hombros con la promesa de mantenerlo allí todo el día, finalmente lo pudo desmontar y guardarlo hasta el próximo festejo de carnaval o hasta el próximo cumpleaños de Galleguillo que seguro será otra vez en el valle de Punilla.
Fuente: vos
