Aunque en junio de este año el transporte de cargas registró el momento más crítico para cargar combustible (con la instrumentación de cupos, crecientes tiempos de espera y discrecionalidad en la fijación del precio con una marcada divergencia según la zona geográfica del país), el abastecimiento de gasoil grado 2 (tipo de combustible que usa más del 80% de las empresas de transporte en la Argentina) sigue sin normalizarse, tanto en términos de volúmenes como de costos.
Ante los reportes de numerosas empresas que integran las 44 cámaras de transporte que nuclea la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) informando sobre la continuidad de las dificultades para la provisión de combustible, un equipo del Departamento Técnico e Infraestructura Vial de FADEEAC viajó entre el 6 y el 10 de septiembre a una de las regiones que concentra la mayor cantidad de reclamos.
El equipo de técnicos recorrió 3.050 km para relevar la situación en las rutas 34,16 y 11, un triángulo fundamental para la logística de la economía nacional y las exportaciones de la Argentina, formado por Rosario (Santa Fe), Rosario de la Frontera (Salta) y Resistencia (Chaco).
El objetivo principal del relevamiento fue establecer la disponibilidad de gasoil grado 2, insumo clave para el transporte de cargas, y su costo por litro (el combustible representa actualmente más del 50% de los costos operativos del sector de transporte y logística).
A lo largo del recorrido (la zona incluye localidades como Rafaela, Sunchales, Pampa de los Guanacos, Pampa del Infierno y Reconquista, entre otras), se ubican estaciones de servicio de múltiples banderas -desde la nacional y operadores internacionales, hasta las denominadas “bandera blanca”, surtidores independientes que compran el combustible a las refinerías y lo venden bajo su marca).
Algunos de los resultados obtenidos:
El valor del gasoil grado 2 oscila entre 160 y 200 pesos por litro, y la disponibilidad es directamente proporcional al costo: a menor costo, menor disponibilidad.
De 64 estaciones relevadas a lo largo del recorrido, 36 no tenían combustible o presentaban cupos para cargar, en esos casos el precio por litro variaba entre $160 y $165. Mientras que en las 28 estaciones que tenían disponibilidad de combustible, el precio por litro iba de $190 a $211.
La urgencia de traslado impacta de modo directo en los costos. El transportista debe elegir entre abonar $40 más por litro (en una carga promedio de 600 litros por camión, eso se traduce en un incremento final de $24.000) o esperar 24 horas para poder completar el repostaje (con el consiguiente impacto en el costo final por las horas perdidas en la espera del combustible más económico).
Las empresas del sector se ven obligadas a acomodar sus horarios de acuerdo con las estimaciones y disponibilidad de los estacioneros, que a su vez dependen de la cantidad de combustible que le entregan sus proveedores. Durante el recorrido se comprobó que en muchos casos esa cifra no supera los 10.000 litros cada 24 horas (se registran ejemplos de 48 horas), con lo cual, con suerte, sólo pueden abastecer diariamente a 17 unidades (un camión necesita entre 35 y 40 litros promedio para recorrer 100 km).
Ante este panorama, FADEEAC envió, como en oportunidades anteriores, una nota de notificación a la Secretaría de Energía para reiterar su disposición para colaborar y participar constructivamente en el planteo de un conjunto de medidas destinadas a mejorar la competitividad del sector logístico y de transporte, y requerir de su intervención y control a los fines de garantizar el funcionamiento eficiente de estos mercados. Hasta el momento no hemos recibido respuesta alguna.
Actualmente la flota de vehículos pesados que circula en la Argentina supera las 650.000 unidades.
El valor de la actividad es estratégico ya que conecta poblaciones productivas con centros de consumo, y por ende resulta vital para la economía y la competitividad de un país tan extenso y disperso como la Argentina, donde el 94% de las mercancías circula sobre ruedas.
“La existencia de precios tan heterogéneos y de un abastecimiento impreciso mantiene al sector de transporte y logística en estado de alerta”, dijo Roberto Guarnieri, presidente de FADEEAC.
Por otra parte, los especialistas de la Federación en temas energéticos comentaron que se verifica un comportamiento estratégico en donde muy pocos operadores son los formadores de precios, y definen una tendencia que inevitablemente nos llevará a precios de combustibles cada vez más alto y que por lo tanto esa estructura de abastecimiento no debería ser convalidada por las autoridades responsables ya que incide en la competitividad argentina.