El ministro nacional, acompañado por el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, distinguió en la oportunidad como «Maestros Ilustres 2011» a un docentes de labor destacada de cada provincia.
«Hoy podemos celebrar, como argentinos, que el último censo arrojó que en el país tenemos solamente el 1,9 % de analfabetismo y hay provincias como San Juan que están a la vanguardia en el esfuerzo realizado para eso», indicó.
Sileoni dijo que «esto se debe al esfuerzo de los maestros, pero también al de los gobiernos, porque hoy destinamos el 6,40% del PBI para la educación y hacemos otras cosas, como que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en ese escenario hacia el futuro que es Tecnópolis, haya entregado la neetbook número un millón a un chico ciego de la provincia de Buenos Aires».
El ministro puso también entre los motivos de celebración «que en el artículo segundo de nuestra Ley de Educación se consagra que la educación y el conocimiento son bienes públicos, derechos personales y sociales garantizados por el Estado».
«En estos días hay una pregunta que ronda, porque alguien decía que en la vida nada es gratis y que alguien tiene que pagar», concepto expresado en Chile por el presidente Sebastián Piñera para rechazar la demanda estudiantil de educación gratuita.
«En la Argentina nosotros tenemos la respuesta -expresó Sileoni- porque en nuestro país el Estado paga la educación de los niños y de los jóvenes».
De los docentes distinguidos, el ministro Sileoni dijo que «son maestros que están en islas trabajando, en contextos urbanos, en la ruralidad; están trabajando en lugares que se inundan y han sido destacados porque atienden chicos que están en condiciones de marginalidad, son maestros que luchan contra las adicciones y no solamente enseñan matemáticas y lengua, sino que pueden organizar roperos comunitarios o huertas».
«Ellos introducen valores en nuestra niñez. Amar la patria, amar los símbolos patrios y recordar de dónde venimos, y todos hablan, como hablaba Sarmiento, de inclusión y de igualdad, de enseñar a pensar, de enseñar a emanciparse y no etiquetan a sus alumnos».
El acto fue la culminación de la Semana Sarmientina en el marco del año del bicentenario del nacimiento del prócer.
«Aquí nosotros celebramos la vida y la educación, mientras que paradojalmente, en otros lugares conmemoran la muerte a diez años de una tragedia increíble y de una noche negra en América con una dictadura sangrienta”, dijo, en alusión a los atentados de 2001 en Estados Unidos y el golpe de estado en Chile en 1973, ambos ocurridos un 11 de septiembre.
Sileoni elogió a Sarmiento porque “pensaba que gobernar es educar y por eso fundó escuelas, politizó y utilizó la pasión como se debe, porque soñaba con pueblos instruidos e integrados a la sociedad».
Describió al prócer como «desvelado por el derecho a la educación, que es el mismo desvelo que tienen hoy los 900.000 educadores argentinos y toda la sociedad argentina en un momento en el que en el país se consagran los derechos y por eso se piden siempre más derechos”.
Recordó que “Sarmiento decía que la educación pública no debe tener otro fin que aumentar cada vez más el número de individuos que la posean”.
«Cuando (Sarmiento) fue presidente hizo un censo y descubrió que más del 87 por ciento de los argentinos de aquella época padecía analfabetismo y se puso a construir escuelas, destacó.
En el cierre del acto, el gobernador Gioja agradeció «la presencia de todos en la tierra del gran educador, que aunque sabemos que despierta polémicas por su manera de pensar, para nosotros, los sanjuaninos, es nuestro mayor orgullo».
Tras la salida de los abanderados que enmarcaron el acto, se realizó un desfile cívico y militar en honor al Maestro de América por la Avenida Libertador General San Martín.