El papa Francisco salió la tarde del martes del Vaticano para ir, de sorpresa, a una tienda de música del centro de Roma.
El pontífice llegó repentinamente al local «Stereosound», una antigua tienda de discos en la Vía della Minerva, cerca del Panteón, de la que el papa conoce a los propietarios desde la época en que, como arzobispo, frecuentaba la zona, alojándose en la Casa del Clero en Vía della Scrofa durante sus estancias en Roma.
Al llegar, alrededor de las 19, en un Fiat 500L blanco que inmediatamente atrajo la atención de los transeúntes, Francisco – según informó el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni – bendijo los locales recién renovados.
Durante unos diez minutos, el Papa permaneció en el interior de la tienda, casi una tienda con sabor a antiguo como muchas otras del centro de Roma, que expone discos de vinilo de Maria Callas y Pink Floyd u obras de intérpretes más recientes.
Mientras tanto, según los presentes, se había reunido una pequeña multitud, dispuesta a filmar la salida del Papa con teléfonos inteligentes.
Eran sobre todo jóvenes que bromeaban sobre el tipo de música que podría interesar al Papa y se asomaban a las ventanas, desde donde se podía ver a Francisco bendiciendo a Letizia, la anciana propietaria, su yerno y su hija. La hija entregó al Papa un regalo envuelto en papel azul: un disco de música clásica de 33 rpm.
Al salir del local, Francisco se subió a su automóvil para volver al Vaticano y alguien gritó: «¡Santo Padre, Santo Padre!». La tienda bajó rápidamente la persiana y doña Letizia no quiso hacer ninguna declaración, salvo explicar brevemente que el Papa es un «viejo cliente» que frecuenta la tienda desde que era cardenal de Buenos Aires y que la visita de hoy fue «hermosa» y «llena de humanidad».
No es la primera vez que ocurre. Había sido una enorme sorpresa el 4 de septiembre de 2015, cuando, ante el asombro de los romanos de los alrededores, el Papa acudió por la tarde a una óptica de la Vía del Babuino, en pleno centro de Roma, para cambiar la montura de sus anteojos.
Después, el 21 de diciembre de 2016, había acudido personalmente a la ortopedia Fisioitop, en la calle del Gelsomino, en la zona de Gregorio VII, para comprar zapatos nuevos.
AICA