Un candidato fue asesinado con varios disparos mientras se ejercitaba en un gimnasio. Otra aspirante murió después de que unos hombres armados abrieran fuego durante su mitin de campaña. Otra candidata caminaba por las calles con sus simpatizantes cuando estalló un tiroteo.
Es una cifra espantosa incluso para México, donde la violencia ha formado parte de las campañas electorales durante décadas.
El aumento de la violencia que afecta a México puede atribuirse en gran medida a grupos delictivos locales, según analistas de seguridad y funcionarios encargados de hacer cumplir las leyes.
La fractura de las grandes organizaciones criminales mexicanas ha originado bandas rivales que libran encarnizadas batallas por el poder y los territorios. En su afán de dominio, esos grupos delictivos han recurrido a la cooptación y la intimidación de las autoridades para ejercer control sobre las comunidades, en un intento de asegurarse protección, obtener información valiosa e incrementar sus operaciones.
Un fuerte aumento de la violencia durante las elecciones no es inusual en México. En el último ciclo electoral, en 2021, cuando los votantes de todo el país sufragaron para elegir a más de 19.900 cargos locales, al menos 32 candidatos fueron asesinados, según un estudio publicado por el Colegio de México, una universidad de Ciudad de México.
“Es como influir en los otros candidatos para que bajen su perfil, como recordatorio de que no se mandan solos”, dijo Manuel Pérez Aguirre, politólogo coautor del estudio. “Y también a la ciudadanía de que alguien está ahí. Dígamoslo así: es una democracia. Pero una democracia vigilada”.
En parte, el aumento de la violencia también puede atribuirse a la magnitud de las elecciones y al gran número de candidatos: con más de 20.000 cargos locales en juego y más de 600 a nivel federal, las elecciones de este año son las mayores de la historia de México.
¿Por qué asesinan a los candidatos?
Es difícil determinar con exactitud por qué se ha atacado a determinados candidatos. Muchos de los asesinatos políticos del año pasado y de ciclos electorales previos siguen sin resolverse.
Las autoridades afirman que algunos asesinatos tuvieron un carácter más criminal o personal. Un robo de coche que salió mal. Una pelea con un familiar que terminó de manera trágica.
Pero el Times descubrió que hay sospechas de la implicación de grupos de delincuencia organizada en al menos 28 de los 36 asesinatos de candidatos en esta temporada de campaña, según declaraciones de las autoridades policiales locales, líderes de partidos y la cobertura informativa local. Para aumentar la sensación de terror, el objetivo no solo son los candidatos, sino también sus familiares: al menos 14 de ellos han sido asesinados en los últimos meses.
¿Por qué los candidatos locales han sido los principales objetivos?
Para los cárteles, es más eficaz influir en la política a nivel local.
“Estructuralmente, es el más vulnerable, el más débil, el que menos recursos tiene, el que menos fortaleza institucional tiene”, afirmó Arturo Espinosa, director del Laboratorio Electoral, un grupo de investigación mexicano centrado en la democracia, que hasta ahora ha documentado 272 casos de violencia electoral en todo el país, incluidos asesinatos, amenazas, secuestros y ataques.
La tendencia habla de los objetivos de los grupos del crimen organizado que buscan convertirse en gobernantes de facto de las ciudades de todo México, sobre todo por razones económicas.
“Es poder infiltrar los gobiernos municipales, capturar recursos gubernamentales, tener acceso a información que le resulta crucial para su operación, capturar el aparato de seguridad”, afirmó Sandra Ley, analista de seguridad de México Evalúa, un grupo de políticas públicas.
¿Qué está haciendo el gobierno para sofocar la violencia?
En respuesta a los asesinatos, el organismo electoral del país se ha coordinado con las fuerzas de seguridad federales, como el ejército y la Guardia Nacional, para ofrecer protección a los candidatos que la soliciten. La semana pasada, las autoridades mexicanas declararon que las fuerzas de seguridad estaban proporcionando protección a 487 candidatos.
Los gobiernos estatales también están desplegando policías estatales y municipales para mantener a salvo a decenas de candidatos locales. Pero la falta de recursos, las trabas burocráticas y la debilidad de las policías locales han dificultado mantener a raya al crimen organizado. “Muchas de estas autoridades han quedado vulnerables”, afirmó Ley.
© The New York Times 2024
Fuente Infobae