Luego de 11 días de iniciar una huelga de hambre y encadenarse en la puerta de la Catedral Basílica, la docente d Quimilí Marta Salto levantó la medida de fuerza para unirse a la marcha docente.
«No hubiese podido soportar todos éstos días si no fuera por el apoyo de todos ustedes. Lo que hay que tener en claro es que el guardapolvo blanco y la dignidad de los docentes no se vende», expresó profundamente emocionada la docente.
Asimismo agradeció a su comunidad educativa por el apoyo permanente a esta lucha que continuará desde las mismas aulas.