El presidente de Estados Unidos, Donald Trump , modificó ayer uno de los argumentos más reiterados durante su campaña electoral del año pasado y dijo que no consideraba que la OTAN esté «obsoleta», como había dicho, pero sostuvo que sus aliados aún tienen que pagar una parte justa por la seguridad que se ofrece a Europa.
El giro tiene lugar en medio de una renovada tensión entre Estados Unidos y Rusia por la guerra en Siria. «Ahora no estamos teniendo una buena relación con Rusia para nada», dijo ayer Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Tras meses de preocupación en Europa por lo que parecía un acercamiento a Rusia, ayer las cosas parecieron volver a la normalidad. Trump agradeció a los miembros de la alianza por el respaldo a su decisión de hace una semana de lanzar 59 misiles crucero contra una base aérea siria, en represalia por un ataque con armas químicas. La intervención norteamericana en Siria tensó al máximo la relación con el Kremlin.
«Yo dije que estaba obsoleta. No está más obsoleta», dijo Trump, que añadió que la Alianza Atlántica se está adaptando ahora a una misión contra los militantes islamistas. Sin embargo, aprovechó el encuentro con Stoltenberg para pedir que los países del bloque «cumplan sus compromisos y paguen lo que deben».
En su reunión con la canciller alemana, Angela Merkel, semanas atrás, Trump ya había exigido que Alemania pague «por lo que vale la defensa» de Estados Unidos desplegada en el Viejo Continente.
En su conferencia de prensa de ayer, el presidente dedicó amplio espacio a la «brutal guerra civil» que se desarrolla en Siria y definió al presidente Bashar al-Assad como un «carnicero».
En este sentido insistió en que con la OTAN es necesario «trabajar juntos para resolver el desastre que está ocurriendo en Siria» y permitir que centenares de miles de refugiados puedan «retornar a sus hogares».
El ataque de la semana pasada a una base de la fuerza área siria fue en represalia por un supuesto ataque químico contra la localidad de Jan Sheijun, bajo control rebelde, en donde murieron más de 80 personas. Washington y Occidente responsabilizan a Damasco, aunque el gobierno de Al-Assad lo niega.
Rusia sostiene que el ataque partió efectivamente de un bombardeo sirio, pero fue contra un almacén de armas químicas de los rebeldes opositores, y la explosión del arsenal provocó la muerte de más de un centenar de personas por gas sarín.
El presidente norteamericano y el jefe de la Alianza Atlántica dedicaron gran parte de la conferencia de ayer a hablar sobre los desafíos de la OTAN como un «baluarte en favor de la paz y la seguridad».
Trump incluso apuntó que sería «fantástico» si Estados Unidos, la OTAN y Rusia pudieran trabajar juntos. En este sentido, Stoltenberg dijo que la OTAN es un «cimiento de seguridad, tanto para Europa como para Estados Unidos».
A finales de mayo será la cumbre anual de líderes de la OTAN en Bruselas y será la fecha elegida por Trump para realizar su primer viaje internacional y su presentación oficial fuera de Estados Unidos.
Poco antes de esta conferencia de prensa se conoció una entrevista del presidente ruso, Vladimir Putin, que criticó a los países de la OTAN por apoyar a Trump en su decisión de atacar la base de las fuerzas aéreas sirias.
«Asienten como esos muñecos que sacuden la cabeza», dijo Putin en una entrevista a la cadena Mir poco antes también de la visita a Moscú del secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson.
Trump dijo que Tillerson había completado una reunión exitosa con Putin, en la que «las cosas salieron bastante bien». Pero al mismo tiempo aclaró que, a partir de aquí, se desconoce hacia dónde irán las relaciones. Dijo que «sería fantástico» si ambos países lograran mejores relaciones entre sí, pero advirtió que podría ocurrir «justo lo contrario».
Putin consideró que los países occidentales «simplemente no analizan lo que tienen adelante».
Fuente: la nación