A cinco días de las elecciones y con un récord de más de 80 millones de votos anticipados ya emitidos, el presidente y candidato a la reelección, Donald Trump, y su rival, el exvicepresidente Joe Bien, competían por el apoyo de Florida, uno de los estados más disputados e imprevisibles de la campaña.
Este estado sureño, en donde el voto latino -tanto el conservador anclado en la comunidad cubano-estadounidense como el más liberal de los puertorriqueños- suele jugar un rol central, no es el único distrito clave del país, pero sí es considerado por estrategas de ambos partidos como un requisito para ganar.
Desde 1964, solo un presidente logró llegar a la Casa Blanca sin el apoyo de Florida, un estado que solo aporta 29 electores de los 538 que componen el Colegio Electoral.
Las últimas encuestas difieren sobre quién podría ganar Florida, aunque mientras algunas dan una ventaja importante a Biden de alrededor de 5 puntos porcentuales, las que posicionan mejor a Trump solo le otorgan una mínima diferencia.
«Las latinas están en el centro de nuestras comunidades y, en el Día de la Igualdad de Salario para Latinas, advertimos que por cada dólar que gana un hombre blanco, ellas ganan 54 centavos. Un Gobierno de Biden y (Kamala) Harris reconstruirá mejor (la economía) para las latinas al asumir una decisión hace tiempo postergada para garantizar una igualdad de salario», prometió el candidato opositor antes del viajar a Tampa, la ciudad que hará de escenario para los actos de los dos, con solo horas de diferencia.
En un acto previo al central de la noche, Biden buscó convencer a los votantes más moderados que no se sienten cómodos con el clima de creciente crispación y polarización políticas.
«Tenemos que votar por el legado de Ruth Bader Ginsburg. Ella demostró que el coraje, la convicción y la claridad moral pueden cambiar el mundo sin ser malvado ni tener vicios», aseguró Biden con sus tradicionales anteojos negros de aviador, recordando a la fallecida jueza de la Corte Suprema y símbolo feminista del país.
«Ella y el juez (Antonin) Scalia no acordaban en nada, pero eran amigos. Tenemos que volver a eso. La política se volvió tan fea, malvada y disruptiva. Pero, en su nombre, podemos ser la voz de la justicia y para eso tienen que votar. Tienen que votar porque, mientras Donald Trump no contiene el supremacismo blanco, nosotros impulsaremos la justicia racial», agregó en referencia al también fallecido juez de la Corte Suprema y símbolo del movimiento conservador.
Trump, por su parte, se concentró en la buena noticia que informó hoy su Gobierno: el PBI registró un aumento récord del 33,1% en el tercer cuatrimestre, lo que coincide con las reaperturas tras el primero y el segundo pico de contagios de la pandemia.
El cuatrimestre anterior había registrado una caída récord del 33,4% y varios economistas pronostican que el último tramo del año terminará con otra caída, ya que el país atraviesa un tercer pico de contagios en este momento y parte de la actividad productiva y la vida pública se está limitando otra vez.
Estados Unidos se consolida como el país más golpeado por la pandemia en el mundo con más de 8,9 millones de casos y de 228.000 muertos, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins.
Pese a estos pronósticos económicos, Trump celebró la buena noticia antes de iniciar su acto principal en Tampa.
«Se anunció el número del PBI. Es el más grande y el mejor de la historia de nuestro país, y no por poco. ¡¡¡El año próximo será FANTÁSTICO!!! Sin embargo, el dormilón de Joe Biden y su propuesta de un aumento de impuestos récord podría matar todo eso. Estoy contento que el número del PBI se conoció antes del 3 de noviembre», tuiteó el mandatario, en referencia a la fecha de las elecciones.
La campaña de Biden, en tanto, reaccionó al anuncio con un comunicado que matizaba el crecimiento, según citó la agencia de noticias AFP: «La recuperación que hay en marcha está ayudando a aquellos de arriba, pero deja a decenas de miles de familias y pequeños negocios atrás».
Uno de los temas que más tensión genera en este último tramo de la campaña es la imposibilidad que demostraron oficialismo y oposición para aprobar en el Congreso un segundo paquete de ayudas millonarias para paliar el derrumbe económico, especialmente el aumento del desempleo, la caída del consumo y el potencial cierre de muchas empresas.
Mientras las dos campañas siguen cruzando acusaciones y alimentan la tensión preelectoral, la votación anticipada sigue creciendo y ya superó todos los récords históricos.
La organización Proyecto de Elecciones de Estados Unidos calculó hoy que más de 80 millones de ciudadanos ya emitieron su voto, de manera presencial o por correo, lo que representa el 58% de la participación total de las presidenciales anteriores en 2016, cuando Trump ganó la mayoría del Colegio Electoral -pero no del voto popular- por un pequeño margen en varios estados clave.
Fuente: telam