
Al menos 18 militares rusos murieron en un ataque ucraniano llevado a cabo ayer, miércoles, contra un puesto de mando militar ruso en la ciudad de Lgov en Kursk, afirmó este jueves la Dirección General de Comunicaciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania. “Según la información actualizada, el edificio donde se encontraba el puesto de mando de la 810ª Brigada de Infantería de Marina quedó parcialmente destruido”, se indica en un comunicado ucraniano. El ataque contra la ciudad, que está ubicada a unos 30 kilómetros de la zona de combate activo en la región de Kursk, probablemente mató al comandante adjunto de la brigada y a otros 17 militares rusos, la mayoría de los cuales eran oficiales de estado mayor, según el comunicado. Por su parte, Rusia afirma que en el ataque resultaron muertas cuatro personas y otras tantas heridas, según indicó el miércoles el gobernador interino de la región, Aleksander Jinstein, mientras que el canal ruso de Telegram Mash, vinculado al ejército, afirmó que la operación se ejecutó con sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes HIMARS.
El ataque contra el mando ruso en Kursk se confirma el mismo día en que la principal agencia de seguridad de Rusia informó la detención de varios sospechosos acusados de participar en un supuesto complot ucraniano para asesinar a altos mandos militares, un anuncio que sigue al asesinato de un alto general ruso la semana pasada.
El FSB difundió un vídeo en el que se mostraba la detención y el interrogatorio de los sospechosos, que no fueron nombrados.
El FSB ha detenido a un sospechoso, ciudadano de la nación centroasiática de Uzbekistán, y ha afirmado que dijo haber sido reclutado por los servicios especiales ucranianos.
Kirillov, de 54 años, era el jefe de las Fuerzas de Protección Radiológica, Biológica y Química de Rusia. Estas tropas especiales se encargan de proteger al ejército del uso de armas nucleares, químicas o biológicas por parte del enemigo y de garantizar las operaciones en un entorno contaminado.
El Presidente ruso, Vladimir Putin, calificó el asesinato de Kirillov de “grave error” de los organismos de seguridad rusos, señalando que debían aprender de él y mejorar su eficacia.
Fuente Infobae