El grupo terrorista Hamas manipuló las cifras de muertes civiles en Gaza con propósitos propagandísticos, oscureciendo la distinción entre combatientes y no combatientes y exagerando el impacto del conflicto en civiles inocentes, reveló un estudio publicado recientemente.
El documento, titulado “Cómo Hamas Manipula los Números de Fatalidades en Gaza”, fue elaborado por el Washington Institute for Near East Policy, un think tank estadounidense pro-israelí que analiza en la política exterior de Estados Unidos en Medio Oriente.
La falta de distinción entre combatientes y no combatientes, junto con la subrepresentación de las muertes masculinas adultas, sugiere un intento de Hamas por pintar un cuadro del conflicto que favorezca su narrativa y propicie una respuesta internacional contra Israel, según el estudio. Este enfoque, advierte, no solo afecta la percepción internacional del conflicto, sino que también complica los esfuerzos por entender su verdadera dimensión y las necesidades humanitarias resultantes.
Para probar la manipulación, el estudio comparó cuán preciso fue el Ministerio de Sanidad de Gaza en conflictos anteriores, observando que en general siguió muy de cerca las estimaciones de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, así como las estimaciones israelíes.
Esta vez, sin embargo, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales no pueden verificar el recuento de muertos en tiempo real porque no están sobre el terreno. Aún así, ha habido una tendencia a aceptar las cifras de Hamas sin el escepticismo o las verificaciones adecuadas, lo que potencialmente ha contribuido a difundir una versión distorsionada del impacto del conflicto.
“La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas ha sido transparente en cuanto a su incapacidad para verificar las afirmaciones del Ministerio de Sanidad de Gaza, afirmando en su primera declaración de impacto, el 27 de octubre, que “hasta ahora no ha podido presentar cifras de víctimas independientes, exhaustivas y verificadas”, se lee en el informe. “Así, por primera vez las organizaciones internacionales y las ONG no pueden verificar el recuento de muertos en tiempo real, y no han intentado distinguir entre víctimas mortales civiles y combatientes. Esto contribuye a una percepción sesgada en la que la ONU transmite las afirmaciones de Hamas, dándoles un aire de credibilidad y permitiendo que distorsiones importantes como el subregistro de muertes de hombres adultos queden sin respuesta”.
El estudio también detalla cómo los métodos de recopilación de datos del Ministerio de Salud de Gaza han variado a lo largo del conflicto, pasando de reportes detallados y relativamente transparentes a métodos menos fiables y claros, incluyendo el uso de “fuentes mediáticas fiables” para la recolección de datos sobre las fatalidades en el norte de Gaza.
“El punto débil de estos datos, como en informes anteriores, tenía que ver con que el Ministerio de Sanidad, que no distingue entre civiles y combatientes muertos o muertes como resultado de acciones israelíes frente a acciones de militantes palestinos, ya sea en el curso de combates o por lanzamientos fallidos de cohetes que vuelven a caer en Gaza”.
El estudio también afirma que los datos de Hamas no especifican quién produce las bajas, destacando que hasta 2.000 cohetes han fallado al salir del espacio aéreo de Gaza y han impactado dentro del territorio del enclave, causando probablemente víctimas mortales.
El estudio también halló que el porcentaje de mujeres y niños muertos subió tras el inicio de la invasión terrestre y pese a la disminución de los ataques aéreos. Esto parecería inusual, ya que la gran parte de víctimas civiles se debió a ataques aéreos en los días y semanas inmediatamente posteriores a los ataques del 7 de octubre y no a la operación terrestre.
Por otro lado, el documento no resta importancia a la trágica pérdida de vidas humanas en Gaza ni a la complejidad de rastrear con precisión las fatalidades en un entorno de conflicto tan caótico y devastador. Admite que la cifra real de muertes es probablemente más alta de lo que se ha reportado hasta ahora, dada la magnitud del desplazamiento interno y la destrucción de infraestructura médica y de comunicaciones en Gaza.