Río de Janeiro estrenó este jueves el operativo Carnaval 2017 para garantizar la seguridad durante las celebraciones que comenzarán este viernes en el sambódromo carioca, apenas un día después de la retirada del Ejército de las calles de la ciudad y coincidiendo con una huelga de la Policía Civil.
El operativo involucra a miles de agentes de la Policía, Cuerpo de Bomberos, Guardia Municipal y a las Secretarías de Salud y Transporte, entre otros departamentos de la administración del estado de Río de Janeiro.
Considerado el mayor espectáculo del mundo a cielo abierto, el Carnaval de Río de Janeiro, que comenzará oficialmente este viernes, recibe cada año alrededor de un millón de turistas.
Esta edición del carnaval sorprende a Río en medio de una grave crisis económica, que llevó al estado a declarar «calamidad financiera» el pasado junio -en vísperas de los Juegos Olímpicos- y con tensiones entre la administración y los funcionarios, incluyendo los cuerpos de la Policía Militarizada -encargada de patrullar las calles- y Civil.
La Policía Civil, responsable de tramitar e investigar denuncias, convocó este jueves un paro de 24 horas en protesta porque aún no recibieron la paga extra de navidad ni el salario de enero.
«Hoy es una paralización total, solo se cumplirán las órdenes de prisión que el juez decrete y el levantamiento de cadáveres en las calles», señalaron a la agencia EFE fuentes del Sindicato de Policías Civiles de Río de Janeiro.
Hace unas semanas, un conato de huelga de la policía militar llevó al gobernador de Río, Luiz Fernando Pezao, a solicitar el envío de 9.000 efectivos del Ejército para evitar que se repitiera una ola de violencia como la ocurrida en el vecino estado de Espíritu Santo, donde una huelga similar desató una ola de violencia que dejó cerca de 150 muertos en diez días.
Sin embargo, el refuerzo militar se dio por concluido el miércoles y Río estuvo este jueves sin soldados ni policías civiles.