Uno de los asesores médicos del Gobierno criticó la falta de testeos y el ritmo de vacunación

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Eduardo López, el infectólogo que integra el grupo de expertos que asesora al presidente Alberto Fernández, admitió que escasean los testeos y faltan vacunas en medio de la segunda ola de COVID-19 que está generando récord de casos y muertos. Y frente a este panorama apuntó a la lentitud con que los 24 distritos llevan adelante la ejecución del plan de vacunación.

“La peor vacuna es la que se guarda en la heladera o no se aplica. Es preferible quedarse una semana sin vacunas antes que vacunar paulatinamente para aparentar de que estamos vacunando”, aseveró López en Radio Rivadavia ya que “el individuo que no se vacuna, si se enferma puede fallecer”.

Además, criticó que durante los viernes, sábados, domingos y feriados se baje el ritmo de la vacunación: “Esto es malo porque es cuando la gente está más libre y puede ir a vacunarse. Esto no es un tema del Ejecutivo ni del Ministerio de Salud es de las jurisdicciones, les guste o no les guste. Y esto lo están haciendo las provincias de distintos signos políticos”.

En contrapartida, López puso como ejemplo lo que sucede en Inglaterra donde “vacunan hasta 12 de la noche y los fines de semana también”. Incluso, recordó que “EE.UU también está vacunado el personal la Guardia Nacional” y que ese era el plan que había diseñado el ex ministro de Salud, Ginés González García: “Estaba previsto que las Fuerzas Armadas aplicaran vacunas”.

Consultado acerca del caso de Lara Arreguiz, una joven santafesina de 22 años que esperó una cama de terapia acostada en el piso de un hospital y falleció por COVID-19, López fue contundente y lo atribuyó a la faltante de dosis. “Si hubiésemos tenido las vacunas suficientes, esta chica tendría que haber estado vacuna por integrar los grupos de riesgo”, señaló en alusión a que era diabética.

Mientras tanto, esta madrugada partió a Rusia un nuevo en busca de más vacunas Sputnik V, que se sumarán a las 609.965 que arribaron ayer provenientes de la Federación Rusa y las 204 mil dosis de Astrazeneca que llegaron el domingo mediante del mecanismo COVAX.

Con estos cargamentos de vacunas, el gobierno apuesta a aumentar el ritmo de vacunación durante el confinamiento estricto que vence el 30 de mayo. Al referirse a esta drástica medida optada por el Presidente, López remarcó que estuvo completamente de acuerdo porque a los expertos le preocupaban dos puntos: la velocidad del aumento de casos y la elevada ocupación de camas de terapia intensiva.

Pero advirtió que “si hacemos una cuarentena y no aumentamos los testeos, lo que hacemos es guardar el virus en las casas y después cuando abramos la cuarentena el virus va a seguir circulando”.

Si bien López reconoció que aumentaron los testeos en comparación al año pasado, dijo que “no fue en la cantidad que necesitamos”.

Con la llegada del frío, los especialistas se adelantan a lo que pueda pasar y trazaron dos escenarios posibles para los próximos meses: la temperatura bajará en mayo, y en dos semanas podría cambiar el comportamiento de la gente, que tiende a estar más en espacios cerrados. Aumentaría la transmisibilidad y se saturaría el sistema de salud de nuevo.

El peor escenario es que con las temperaturas bajas y si no se accede a más de 10 millones de dosis de vacunas, sin política de testeos y rastreos de contactos estrechos, en un mes volverían a dispararse los casos de COVID-19.

Según la OMS, por cada caso positivo por PCR, debería haber entre 10 y 30 negativos realizados; por lo cual en la Argentina deberíamos estar en un millón de testeos por día y apenas alcanzamos los 180 mil.

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