La Comisión «Nuestra Señora de la Dulce Espera» de la parroquia Cristo Rey desarrolló, en este viernes de cuaresma, el Vía Crucis enmarcado en la figura de la Virgen María, como un verdadero testimonio de vida camino a la Pascua de Resurrección.
Los fieles, entre ellos futuras mamás y madres con sus pequeños, realizaron el recorrido entre oraciones y cánticos experimentando los momentos vividos por Jesús de Nazaret.
Al finalizar el vía crucis, y ya en altar se dio lectura a la oración a María, imagen de la Iglesia, que llena de Esperanza aguarda el encuentro con su Hijo Resucitado.
Santa Misa
Como cada 15 se celebró la misa mensual en honor a Nuestra Señora de la Dulce Espera.
En su homilía, el padre Gastón Cuello destacó: «El vía crucis es el camino que Jesús va transitandopara que podamos vivir en plenitud y esperanza. Jesús debía morir porque no encajaba en el tiempo, no podían comprender que María y José fuesen los padres de aquel que tanto esperaban, no podían descubrir al Mesías porque estaban aferrados a la letra».
«Jesús vino para que descubramos la vida y aún estams esclavizados por la ley. Entonces cómo no pedirle a él no cerrar nuestra mente y corazón para poder descubrirlo en pequeñas manifestaciones. Los bebés son un regalo de Dios para cada uno porque a través de ellos sigue obrando».
También destacó que, «María era considerada una pecadora, la ley decía que tenía que morir pero la vida de Jesús pudo superar esa gracia. Este día de la Dulce Espera nos tiene que llenar de esperanza, Dios sigue obrando, la vida de Jesús vuelve a resurgir en la resurrección».
«Pidamos tener la fe de María que cuando le dijeron que era la elegida supo que no iba a ser fácil y siguió adelante. Aprendamos de ella y vayamos anunciando que la vida siempre gana, el amor de Dios siempre se muestra», concluyó.
Al finalizar la celebración eucarística el párrco impartió la bendición a las mamás embarazadas, a los bebés recién nacidos y a las parejas que esperan por la gracia de un hijo.
