Una cruz de madera, dos fotos de Candela sobre el alambrado y algunas flores, se pueden ver en el lugar donde hace menos de una semana una cartonera encontró dentro de una bolsa de residuos cuerpo de Candela Sol Rodríguez, de 11 años, quien estuvo desaparecida nueve días.
Mientras se profundizan las tareas para encontrar a los culpables del asesinato de la pequeña, la Justicia detuvo anoche a cinco personas que tendrían vinculación con el secuestro y posterior crimen de la menor.
La casa de la pequeña Candela, en la calle Coraceros al 2.500 de Hurlingham, también se convirtió en un santuario, donde decenas de vecinos, amigos y compañeros de colegios la lloraron, le rezaron y aún reclaman Justicia para que el crimen no queden impune.