Raffo, que tuvo acceso a la autopsia realizada al cuerpo de Candela Rodríguez, sostuvo que «se comprobó que la muerte se produjo por asfixia mecánica por sofocación, o sea, por impedimento de la llegada de aire a los pulmones».
Agregó que «por tratarse de una niña de 11 años, aparentemente la asfixia se hizo solo con una mano, que logra cubrir todos los orificios de la cara».
El reconocido perito y médico forense dijo que el cadáver presentaba «una faxis de color azul en el rostro, una inyección de derrame en los ojos y signos puntillados hemorrágicos en los ojos, cara y órganos internos». Explicó que son todos «signos generales producto de la asfixia».
Además, la niña tenía «grandes hematomas en la cara interna de los labios», algo que pasa «cuando hay saña y fuerza» por parte del agresor. «Es un detalle macabro, ya que su lengua quedó atrapada entre los dientes y la mano del atacante», agregó al respecto.
Raffo indicó que los peritos encontraron «lesiones en la órbita izquierda de la cara, probablemente producto de cinco o seis puñetazos» que el agresor le habría aplicado a Candela «como anestesia previa para disminuir su fuerza».
«También hay una pequeña lesión en el hombro izquierdo, algo que se ve comúnmente cuando una víctima ve venir el golpe y lo esquiva y el puño pega en el hombro», completó en relación a este tema.
Por otro lado, Raffo dio un dato que puede provocar un giro en la investigación sobre el asesinato, ya que no descartó que el móvil haya sido un ataque sexual.
«Hay que tener una prudencia especial, porque puede haber un cambio de situación tras los resultados del peritaje histólogico. A partir de ahí se verá si fue una venganza, un caso de pedofilia o un secuestro extorsivo», puntualizó.
El especialista señaló que los peritos, que «demostraron ser muy avezados», ya mandaron a realizar estos estudios «pero demandan un cierto tiempo». Sobre esto, dijo que «es un deber pericial pensar en el delito de violación cuando hay un estrangulamiento».
En tanto, Raffo consideró que el asesino de Candela «seguramente es un hombre del hampa, que conoce el oficio, tiene experiencia en matar. Hay que matar a una niña de 11 años, lavar el cuerpo, acondicionarla y tirarla».
Tampoco descartó que el atacante haya sido una mujer o al menos que alguien de sexo femenino haya colaborado con el criminal. Al respecto, Raffo llamó la atención sobre la condición de la niña, que «estaba muy bien cuidada».
«Veo una mano femenina ahí, la chica no tiene ‘síndrome de secuestrado’, la gente liberada generalmente pierde peso por el estrés de la situación, se los nota enfermos y demacrados y este no es el caso», concluyó.