La sociedad chilena quedó conmocionada cuando un hombre que decía llamarse Alberto comenzó a contar, en el popular programa radial Chacotero sentimental, los asesinatos de presos políticos que cometió durante el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 cuando fue derrocado Salvador Allende.
«Les disparábamos y luego los dinamitábamos, los cuerpos se desintegraban, no quedó nada», le contó quien luego fue identificado como Guillermo Reyes Rammsy al conductor del programa Roberto Artiagoitía.
El llamado telefónico comenzó como la historia de un frustrado romance, pero luego se convirtió en una cruenta confesión de las ejecuciones realizadas por la dictadura pinochetista.
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«La primera vez, lloré, pero el teniente decía: ‘Buen soldado, buen soldado, soldado valiente’. Luego, ‘pum, pum’, otra vez. La segunda vez me gustó, disfruté», relató el hombre quien habría cometido al menos 18 asesinatos en Iquique el norte de Chile, donde cumplía el servicio militar obligatorio.
«Supe lo malo que puede ser uno, maté a más de diez personas, mi especialidad era francotirador», afirmó quien fue arrestado por la policía chilena horas después de la confesión, detalló el diario Semana.
Finalmente, el ex soldado justificó sus actitudes al decir que «estaba obligado» porque si no lo hacía los militares lo hubieran matado a él.
Finalizado el programa radial, Roberto Artiagoitía, conocido como El Rumpy, le dijo al diario Las Últimas Noticias que «el relato fue escalofriante y de mucha frialdad».
Augusto Pinochet
A raíz de la confesión, el juez especial para causas de derechos humanos Mario Carroza emitió una orden de detención, y a las pocas horas fue arrestado y trasladado ante el magistrado junto con un abogado donde declaró.
El juez Carroza decretó arresto domiciliario y le imputó dos delitos de homicidios ocurridos en el centro de prisioneros políticos de Pisagua. El magistrado dijo que tendrá en cuenta su actitud de cooperación.
Se calcula que alrededor de 3.000 personas fallecieron durante el gobierno de facto de Pinochet.
