La reactivación del año próximo va perdiendo energía, a partir de un cambio del escenario internacional, pero también de trabas internas. Así lo señaló Miguel Blanco, titular del Foro de Convergencia Empresarial: «El año que viene podemos crecer entre 2,5% y 3,5%, pero comparado con un año muy malo como es el 2016. No va a ser un boom ni algo parecido. Hace falta paciencia y consistencia, no desviarse de la meta trazada para conseguir los objetivos».
Y en ese sentido, explicó que tampoco estará el viento de cola relacionado con un contexto de bajas tasas internacionales, en diálogo con InfobaeTV.
La agrupación empresaria emitió un comunicado esta semana advirtiendo sobre varias cuestiones que preocupan a los ejecutivos. «Vemos que las coincidencias que teníamos con los candidatos el año pasado sobre la necesidad de llevar adelante políticas de Estado y de largo plazo no se cumplen. Todo vuelve a quedar supeditado a las elecciones del año que viene».
Uno de los aspectos más preocupantes es, según su opinión, la situación fiscal: «Sabemos que la situación social es delicada, pero todos estábamos de acuerdo que necesitábamos una presión fiscal menor para ser competitivos. Y lo que vemos son proyectos que lejos de bajar los impuestos los siguen aumentando».
La institución había advertido la inconveniencia de establecer un impuesto a la renta financiera para personas físicas o volver a instalar las retenciones para las mineras. «Parece que se la agarren con sectores que tienen peor reputación en la sociedad, pero al final termina siendo algo negativo».
Por InfobaeTV, Blanco igual consideró que llegarán inversiones: «Estamos en contacto con los empresas y efectivamente hay planes concretos. Lo que pasa es que desde que arranca un proyecto hasta que se hunde capital pueden pasar entre 12 y 18 meses».
-¿Cómo se sale del círculo de tener que bajar impuestos para reactivar, pero al mismo tiempo evitar que siga aumentando el déficit fiscal?
– El problema principal que notamos es que se busca un verdadero cambio estructural, pero sin que haya estallado una crisis. Por eso todo se vuelve más difícil. Acá hubo reformas cuando la situación ya se había desbordado, como luego de la hiperinflación o la salida de la convertibilidad. Ahora hay que insistir con la baja de la inflación y comunicar muy bien qué es lo que se quiere hacer. Y sabemos que el déficit fiscal es difícil de bajar, pero el problema es que terminó aumentando.
-¿La situación internacional hace las cosas más difíciles?
-Seguramente, porque habrá un dólar más apreciado en el mundo y tasas más altas en los Estados Unidos. Son problemas con los que también habrá que lidiar y que antes no existían. Sin dudas lo vemos como un panorama más complicado que el de los últimos años.
Blanco insistió con otros dos temas señalados por el Foro de Convergencia, como la necesidad de avanzar con una nueva ley de ART para bajar la litigiosidad y que se sancione la reforma política. «Queremos que haya transparencia. No puede ser que se frene el voto electrónico, cuando las elecciones de 2015 fueron un bochorno y tenemos un sistema electoral que no es para nada confiable».
