El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, fue elegido hoy nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, cargo que ejercerá en el trienio 2011-2014 en reemplazo de Jorge Bergoglio.
Recluidos en el predio de El Cenáculo, en el partido bonaerense de Pilar, 84 prelados de toda la Argentina completaron la conformación de la mesa ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina con el obispo de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli y el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, en las vicepresidencias primera y segunda, respectivamente.
En tanto, el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Enrique Eguía Seguí, fue reelecto como secretario general para un nuevo período.
El voto fue individual y secreto y el recuento se realizó por medio de un sistema electrónico, a través de la lectura de un código de barras que encierra el apellido de los obispos.
Bergoglio quedó fuera de los postulantes al cargo, ya que cumplió dos períodos sucesivos y un tercero no está contemplado por reglamento.
El perfil de Arancedo
El nuevo titular de la Conferencia Episcopal Argentina nació en Buenos Aires el 26 de octubre de 1940. Fue ordenado sacerdote el 16 de diciembre de 1967, a los 27 años, por monseñor Alejandro Schell.
Fue obispo auxiliar de Lomas de Zamora y obispo de Mar del Plata. Es licenciado en Teología por la UCA y tiene un Doctorado en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
Fuentes eclesiásticas aseguran que con esta designación, la Iglesia Católica da un mensaje de «diálogo» hacia el Gobierno, ya que Arancedo es un «moderado y concialiador».
Arancedo es primo del fallecido ex presidente Raúl Ricardo Alfonsín y fue quien ofició su responso en ocasión de las exequias del líder radical.