Dale pelota al cuerpo

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Foto: Web

En los gimnasios, en clases de Pilates y en diversas técnicas de trabajo físico, las esferas están cada vez más presentes como elemento facilitador del movimiento corporal.

Al apoyar distintas partes del cuerpo sobre el balón, se invierte la relación gravitatoria y los músculos que están sostenidos se relajan y dan paso a una nueva información.

Esa información hace que uno afine la percepción sobre el propio cuerpo y pueda corregir tensiones y posturas.

«Aprender a percibirnos nos permite nada más y nada menos que elegir. No tenemos una sola posibilidad -la del dolor crónico, la falta de fuerza o el exceso de tensión-, sino que podemos reconocer y encontrar lo que necesitamos, lo que nos da bienestar y lo que no queremos repetir como patrón de conducta en el movimiento», plantea Anabella Lozano, docente e investigadora de esferodinamia y directora de Esferobalones.

El trabajo con esferas es ideal para elongar y adquirir flexibilidad, para corregir problemas posturales y dolores de distintas zonas de la columna por tensiones y acortamiento muscular.

El apoyo en la pelota es el que da la posibilidad de trabajar sobre los acortamientos más frecuentes y a través de ejercicios estáticos y dinámicos se refuerza la musculatura abdominal y aumenta la movilidad y se ajusta el equilibrio.

«Lo que hace de la pelota un elemento sumamente amable en el trabajo de alargamiento muscular y de reorganización de las tensiones (contracturas, dolores crónicos, etcétera) es la posibilidad de sostener nuestro peso y darle un soporte diferente», subraya la especialista.

Uno y la pelota
La esferodinamia se puede practicar a cualquier edad y todos los ejercicios se realizan con pelotas. Muchas veces se utiliza una barra de soporte para asegurar el equilibrio y aumentar los apoyos y los empujes, que son muy importantes con esta técnica.

«Saber de dónde nace el movimiento y de dónde sacamos la fuerza, es lo que permite desarmar los hábitos que complican», apunta Lozano.

Las posturas van aumentando el grado de exigencia y compromiso de la musculatura. Pero lo principal es aprender a relajarse para lograr alargar los músculos.
El balón es un elemento distinto, dúctil y atractivo, ideal para regular el tono muscular, aumentar la fuerza, la resistencia, la capacidad cardiovascular y respiratoria, en ámbitos deportivos, de entrenamiento o terapéuticos.

Es conveniente iniciar esta práctica bajo la supervisión de docentes y profesionales capacitados en la técnica.

Cuestión de tamaño
Las pelotas de 85 centímetros son las más confortables, ya que la superficie de apoyo es mayor y da más seguridad para la columna tanto en la posición de flexión como en la de extensión.

También se usan de 55 cm, con poco aire para trabajar con músculos y articulaciones del cuerpo que suelen tener mucha tensión y que son mas difíciles de localizar si no es con una pelota más pequeña.

Los balones de 20 cm permiten un trabajo más localizado en lugares que suelen tener muchas contracturas como hombros y cuello.
Cuanto más pequeña es la pelota, exige mayor flexibilidad y más compromiso para los tejidos que hacen contacto.

Fuente: La Voz del Interior

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