Los numerosos casos que se presentan ante el Juzgado de Genero, el primero de estas características en el país, mayoritariamente son por episodios de violencia ambiental, según expresó la titular de ese Organismo jurisdiccional, doctora Norma Morán.
En general, detalló la Magistrada, se trata de perfiles psicológicos de mujeres sumisas, que responden a un mandato cultural de tolerar las acciones y decisiones del hombre. “Son mujeres muy necesitadas que ingresan en un círculo de violencia por una cuestión económica; generalmente, tienen un grupo familiar numeroso y no tienen domicilio propio”.
“El hombre inicia normalmente una escalada de agresiones a través de actitudes que limitan la libertad de la mujer, por ejemplo no la dejan tener amigas, le prohíben el contacto con los familiares, revisan su celular, les controlan los horarios, rechazan que se arreglen o maquillen, les dicen cómo vestirse, estos son los motivos más frecuentes”, agregó.
“En este tipo de casos, continuó, el agresor va creando una cerca que va a aislar a la víctima de toda la persona que le puedan brindar un tipo de ayuda, permitiéndoles salir solo en casos excepcionales, por ejemplo, llevar y traer los chicos de la escuela”.
Respecto a este tipo de casos, la Dra. Morán expresó: “La única forma con las que contamos para descubrir estos episodios es por medio de los informes socio-ambientales o en caso de haber niños en edad escolar, a través de inconformes emitidos por el colegio de estos, donde las autoridades expresan, por ejemplo, el cambio abrupto de comportamiento de la madre y de esta manera nuestra tarea se intensifica”.
En la búsqueda de lograr de que la mujer conozca sobre sus derechos, es que se intensificaron campañas de concienciación, por lo que gran cantidad de damnificadas por este flagelo se decidieron finalmente a denunciar a sus atacantes, preservando la salud de sus hijos y de sí mismas, indicó la doctora Morán.