Después de meses de negociaciones, Israel aprovechó la visita de Gabriela Michetti para anunciar que extendió el plazo de durabilidad de la carne fresca enfriada que se exporta desde la Argentina, lo que le permitirá a los productores argentinos ampliar las exportaciones en un corto plazo. La noticia era largamente esperada por los frigoríficos que ya exportan carne congelada, que es el principal rubro argentino que ingresa al mercado israelí, unos USD 115 millones, o sea el 60% de del total exportado, que asciende a USD 200 millones.
La empresa IRSA Cresud ya exporta carne angus procesada bajo el método kosher, que vende directamente en los supermercados, pero al extenderse de 45 a 85 días la vida útil en la reglamentación vigente (como sucede con la gran mayoría de los países más exigentes en materia sanitaria) pasará de tener un negocio de USD 7 millones de dólares a otro que todavía no se puede calcular, pero que se aumentará significativamente. Miembros del conglomerado alimentario IDB, representantes de Cresud en Israel, estuvieron en las reuniones de negocios que la comitiva argentina mantuvo en Tel Aviv y están convencidos de que en forma inminente podrán cerrar nuevos contratos de venta.
El segundo día de gira de la Vicepresidente estuvo especialmente enfocado en las inversiones y el comercio, aunque empezó con la visita al presidente Reuven Rivlin, el décimo desde la proclamación del estado de Israel en 1948, elegido para suceder a Shimon Peres. Rivlin nació en Jerusalén en 1939, en tiempos del mandato británico de Palestina y es miembro de una familia de rabinos entroncada con el círculo talmudista y cabalista. Se inició en las filas del Herut,el partido de Menahen Begin, y en 1988 estuvo entre los fundadores del Likud, es decir, es considerado casi un sabio en la política local.
Obviamente, empezó el encuentro mostrando gran satisfacción porque «las relaciones entre Israel y Argentina están pasando por tan buen momento», pero asombró al grupo al confesar su curiosa pasión, que lo llevó a a la Argentina en 1978 para ver el campeonato mundial de fútbol, y a comentarle a Michetti que «en Israel hacemos todo bien, menos jugar al fútbol».
En efecto, Rivlin fue presidente del principal club del Beitar Jerusalén y hasta lo hizo ganar la liga local. Y contó que cuando mantuvo una reunión con el papa Francisco, le pidió estar unos minutos a solas, y en ese encuentro Su Santidad le preguntó quién era mejor jugador, Maradona o Pelé, a lo que él contestó que el brasileño «era un líder del juego en grupo», en cambio el argentino «un jugador que puede hablar con Dios en medio de un partido». Al final, le agregó que «no hay nadie como Messi».
En Tel Aviv, la Vicepresidente visitó la fundación Beit Issie Shapiro, que se dedica a la educación en primera infancia de niños y niñas con discapacidad, y también se reunió con representantes de la empresa Rewalk, creadores del exoesqueleto, un sistema robótico que permite a las personas parapléjicas pararse, sentarse, caminar e incluso subir y bajar escalones.
La parte fuerte del día se registró en el Dan Hotel de la ciudad más cosmopolita de Israel, donde se realizó el seminario «Oportunidades de Negocios en la Argentina», a la que asistieron más de 100 directivos de empresas. La reunión fue abierta por Michetti y tuvo como primer expositor a un director del Ministerio de Comercio que dio detalles del sorprendente «milagro israelí». En efecto, en 1985, el PBI per cápita era de USD 6.171 y en 2017 de USD 40.186. En 1985, la inflación llegó a 470%, y en 2017, apenas alcanzó el 0,3%. La deuda pública era de 159.5% del producto en 1985, en cambio en 2017 fue de 58.7%.
El «milagro», en realidad, se operó en 2009, cuando el producto bruto cayó por debajo del 4% y empezó a recuperarse en 2010 bajo un programa de ajuste que llevó la economía a un salto productivo basado en la inversión en alta tecnología, un modelo que es conocido bajo el concepto de Start-up Nation, explicado en el libro de Dan Senor y Saul Singer, con lo que se redujo el desempleo de casi 30% a 4% gracias a un fenomenal crecimiento en infraestructura, seguridad, energía, minería, agronegocios y servicios financieros, que dispararon notablemente la calidad de vida de sus habitantes.
Pablo Tarantino y Pablo Quirno, jefe de asesores de la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales, fueron los encargados de promocionar a la Argentina, exhibiendo el programa de desregulaciones y los anuncios de inversiones alcanzados durante dos años de gestión de Cambiemos, que llegan a USD 105 billones.
Una representante de la empresa Fluence, líder mundial en desalinización de agua (una de las compañías que en apenas 10 años transformó a Israel de un país con escasez de agua potable en otro que exporta soluciones tecnológicas) estuvo presente en la reunión. En diálogo con Infobae, la argentina Miriam Brusilovskycomentó que hace más de 20 años que tiene una empresa en Mar del Plata y otra en Puerto Deseado, pero están interesados en ampliar las inversiones, y ya estuvieron en la Argentina reunidos con miembros del Ministerio de Ambiente para presentarles el proceso de tratamiento de efluentes contaminados, que puede convertir residuos en energía.
También estuvo presente Clara Cohen, otra argentina que es consultora en «inteligencia cultural», una formación que facilita la elaboración de habilidades cognitivas para hacer negocios en países que no son los propios y está interesada en desarrollar su expertise en Buenos Aires, para mejorar las capacidades exportadoras de la Argentina.
Mientras tanto, el secretario de Industria, Martín Etchegoyen, y el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Guillermo Bernaudo, mantenían reuniones con los interesados en nuevos negocios. En un caso enfocado en empresas de energía renovable, farmacéutica y tecnologías de innovación. En el otro, en el ya mencionado caso de la carne enfriada y otros productos que interesan en Israel, desde la soja hasta un especial ajo que se produce en Mendoza.
En otro rincón, Ramiro Alem, secretario de Turismo, estaba reunido con autoridades de la aerolínea nacional israelí El Al, buscando que cuanto antes se concreten los vuelos directos Tel Aviv-Buenos Aires, que facilitarán el intercambio comercial entre ambas naciones.
Como ayer, el embajador israelí Ilan Stulzman, que llegó a la Argentina tras la asunción de Mauricio Macri, estuvo presente y muy activo en todas reuniones, facilitando los contactos con sus conocimientos de la cultura, el idioma y las necesidades de ambos países. También Mariano Enrico, número dos de la embajada argentina en Israel, designado hace pocas semanas, fue clave en la organización de la visita vicepresidencial y su comitiva, donde también talló José Ignacio Ortiz Amaya, director general de Relaciones Internacional del Senado.