La instrucción Ecclesiae Sponsae Imago, elaborada por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, fue difundida el pasado 4 de julio por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Estaba destinada a aclarar algunas prácticas relacionadas a las «vírgenes consagradas», mujeres que toman la decisión de vivir en estado de castidad perpetua, para servir al Reino de los cielos. Se estima que hay en el mundo unas 5.000, que viven en 42 países.
Es impactante escuchar a la Madre Iglesia decir que la virginidad física ya no se considera un requisito previo esencial para la consagración a una vida de virginidad
«Formulando el propósito santo de seguir más de cerca a Cristo, las vírgenes son consagradas a Dios por el obispo diocesano según el rito litúrgico aprobado, celebran desposorios místicos con Jesucristo, Hijo de Dios, y se entregan al servicio de la Iglesia«, destaca el Catecismo en el numeral 923.
La noticia había pasado desapercibida, hasta que se conoció la reacción que suscitó en algunos sectores de la Iglesia. La Asociación Estadounidense de Vírgenes Consagradas emitió un comunicado en el que afirma estar «profundamente decepcionada» por las nuevas reglas dispuestas por el Vaticano en la Ecclesiae Sponsae Imago.
En particular, manifestaron su indignación con la sección 88. «La llamada a dar testimonio del amor virginal, esponsal y fecundo de la Iglesia a Cristo, no se reduce al signo de la integridad física (…) Haber guardado el cuerpo en perfecta continencia o haber vivido ejemplarmente la virtud de la castidad, aunque es de gran importancia en orden al discernimiento, no constituye requisito determinante en ausencia del cual sea imposible admitir a la consagración».
Lo que se deriva de esas líneas es que mujeres que hayan tenido relaciones sexuales podrían ser consagradas como vírgenes. «Es impactante escuchar a la Madre Iglesia decir que la virginidad física ya no se considera un requisito previo esencial para la consagración a una vida de virginidad«, sostuvo la Asociación. Por el momento, la Santa Sede no respondió a este reproche.
Haber vivido ejemplarmente la virtud de la castidad, aunque es de gran importancia en orden al discernimiento, no constituye requisito determinante en ausencia del cual sea imposible admitir a la consagración
El Cardenal João Braz De Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, explicó cuando se difundió el texto que era el primer documento que se refería a ese rito litúrgico desde su promulgación por indicación del papa Pablo VI, en 1970. La decisión se tomó porque hay cada vez más mujeres que quieren ser declaradas vírgenes por la Iglesia.
«Ecclesiae Sponsae Imago quiere ayudar a descubrir la belleza de esta vocación, y contribuir a mostrar la belleza del Señor que transforma la vida de tantas mujeres que cada día la experimentan», sostuvo João Braz De Aviz, según ACI Prensa.
Fuente: Infobae