Tras superar un nuevo traspié, José Luis Espert finalmente podrá ser precandidato a presidente en las elecciones primarias del 11 de agosto. Este viernes, la jueza con competencia electoral María Romilda Servini rechazó la impugnación presentada por Gabriel Molina, quien aseguraba haber presentado su candidatura presidencial por el partido UNITE antes que el economista.
Consultado por Infobae, Espert calificó la ley electoral como «kafkiana» ya que pone muchas trabas a la conformación de un nuevo partido y obliga a muchos candidatos a recurrir al «mercado de los sellos», en referencia a los partidos que cuentan con los avales legales y los «prestan» a los extrapartidarios.
Días antes del cierre de listas, el economista liberal se había quedado virtualmente sin partido debido a que el dirigente Alberto Asseff, líder de UNIR, se pasó al oficialismo como candidato a diputado. Esta fuerza había acordado en una convención nacional en mayo apoyar la candidatura de Espert y funcionar como el sello para sostener su postulación a nivel nacional.
Ambas maniobras fueron interpretadas por Espert como un intento del gobierno nacional por impedir su candidatura: «Ellos entienden que yo les saco muchos votos para su intento de reelección pero la maniobra era tan deshonesta que les terminó jugando en contra».
Según el flamante precandidato, el gobierno terminó «perdiendo por todos lados». «Voy a ser candidato igual y con un nivel mayor de conocimiento; me hicieron publicidad gratis durante una semana», disparó con ironía.
A modo de autocrítica, el economista reconoció que de haber tenido un partido propio seguramente hubiera contado con algún «dispositivo para prevenir que coopten al presidente del partido 24 horas antes» del cierre de listas.
«Assef desapareció diez horas de nuestro radar y apareció después en una foto con Pichetto», se quejó.
Finalmente, Espert también se refirió a la polémica por el contraste entre sus posiciones liberales y la postura abiertamente «pro-vida» del partido UNITE, cuya candida más conocida es la modelo y conductora Amalia Granata.
«No veo ninguna contradicción porque en mi espacio conviven todo tipo de posiciones sobre el tema del aborto, de la ESI o la ideología de género. Para mi espacio son temas secundarios dado que la gran preocupación es cómo los chicos se mueren de hambre, por la droga y la inseguridad».