La mañana dominguera se vivió con una intensidad notable gracias al espectáculo que animaron Banfield y San Lorenzo en el Florencio Sola. El sol primaveral y la resaca de la fiesta del sábado pasaron al olvido cuando la pelota comenzó a rodar por el sur del conurbano bonaerense.
A los 5 minutos Bruno Pitton madrugó al Taladro con una obra de arte que dejó sin posibilidades a Esteban Conde. El lateral capitalizó una pelota dentro del área local y fusiló al uruguayo con un disparo que se clavó en el ángulo.
El prematuro 1 a 0 a favor del Ciclón cambió velozmente las intenciones de los entrenadores. La propuesta ofensiva de Juan Antonio Pizzi mutó hacia un esquema más conservador para apostar por los contragolpes, mientras que Julio César Falcioni tuvo que exigir mayor protagonismo a sus dirigidos a través de la posesión.
Junior Arias, Agustín Urzi y Julián Carranza, fueron los encargados de amenazar a Nicolás Navarro, pero la falta de efectividad en el último toque y las buenas respuestas del arquero evitaron la igualdad.
El único beneficio que tuvo el dueño de casa antes de llegar al descanso fue la expulsión de Gerónimo Poblete, quien observó en reiteradas ocasiones la cartulina amarilla y dejó a su equipo con inferioridad numérica. Las esperanzas banfileñas se renovaban en el complemento.
En el complemento el Ciclón se refugió con dos líneas de cuatro para resistir a los remates de media distancia del Chino Vittor y las incursiones por izquierda de Nicolás Bertolo.
Fue tanto el sufrimiento que vivió San Lorenzo, que en los últimos minutos su técnico envió a la cancha a Adolfo Gaich para que defienda la vía aérea en las pelotas detenidas.
Con la figura de Navarro como estrella destacada, el Cuervo se llevó tres puntos del sur sin merecerlo. En un encuentro sin brillo, pero con mucha tensión la justicia se ausentó para que Boedo se acerque a Boca en la cima de la Superliga.