Aunque en el entorno presidencial dan por descontada que la extensión de la cuarentena es una decisión ya tomada que será comunicada, según fuentes oficiales, antes del lunes, Alberto Fernández espera una serie de informes oficiales y la visión de los especialistas del comité de expertos que convocó en los primeros días del mes para terminar de madurar la definición y su duración.
“Va a seguir siendo una definición profesional. Estamos todos aprendiendo», explicó a este medio un alto integrante del círculo presidencial que monitorea junto al jefe de Estado la evolución de la pandemia en nuestro país.
Según confiaron, el Presidente podría tener en las próximas horas una teleconferencia con los reconocidos infectólogos y epidemiólogos que integran el comité de crisis conformado ad hoc para esta crisis para evaluar en conjunto los efectos de la cuarentena obligatoria decretada el jueves 19, la evolución de los casos locales y los pasos a seguir. Sería en la noche del domingo.
El jefe de Estado espera, en esa línea, los informes del Ministerio de Salud, el intercambio de datos con las provincias y, en especial, con la ciudad y la provincia de Buenos Aires -donde se concentran el 70% de los casos- y la opinión de sus asesores más experimentados.
En el seno del Gobierno hay un moderado optimismo respecto de la curva de casos, que crecen a un ritmo diario en torno al 30%. “Creemos que la cuarentena va a tener un impacto. Es lógico. La duda es si impacta algo o si impacta mucho”, se preguntaba ayer un funcionario del staff presidencial abocado, casi a tiempo completo, al intercambio de información con otros países.
En los últimos días, un puñado de secretarios de Estado, encabezados por Carla Vizzotti, secretaria de Acceso a la Salud, y Cecilia Nicolini, asesora de la Presidencia, se comunicó en forma virtual con autoridades jerárquicas de los gobiernos de China, Israel y Corea del Sur, entre otros. Tres de los países que aplicaron métodos a priori efectivos en torno al distanciamiento social en la batalla contra el coronavirus. Este sábado estaba prevista otra teleconferencia con España, junto a Italia, el país más afectado por la crisis sanitaria.
Fernández se nutre de esa información, de los reportes diarios de los distintos ministerios y de la opinión de los especialistas para definir la continuidad, y la modalidad, de la cuarentena. “La estrategia es ganar tiempo”, explicó el ministro de Salud, Ginés González García.
Los trascendidos dan cuenta de que la extensión podría llegar hasta mediados de abril. Pero no hay aún confirmación oficial. Altas fuentes de la Presidencia juran que todavía no está decidido. “Es minuto a minuto”, aseguran. Hay, de todos modos, fuentes que aseguran que el Presidente está convencido de prolongar el aislamiento hasta fines de abril.
“Nos falta la evaluación de estos últimos días. Incorporamos además ciertas cuestiones de conducta”, resaltan en el entorno presidencial.
Al Gobierno le preocupa la cuestión sanitaria. Pero la problemática social en el corazón del Gran Buenos Aires es otro de los termómetros que la Casa Rosada tantea a diario. La continuidad del aislamiento no genera el mismo efecto en el conurbano que en la Ciudad.
En Olivos tomaron nota de que la instrumentación de la cuarentena en los barrios populares del Gran Buenos Aires es prácticamente inviable bajo el lema “quedate en casa”. La idea es ahora que los vecinos, al menos, no salgan del barrio.
Mientras tanto, el Estado desplegó una batería de medidas para tratar de paliar la crisis social que trae aparejado el brutal freno de la actividad económica y las consecuencias sobre los sectores vulnerables e informales. La inscripción para el cobro de los $10.000. El reparto de alimentos frescos y secos que en los próximos días empezará a acentuarse. Y la efectivización del pago adicional de la Asignación Universal por Hijo (AUH), este viernes, son algunas de ellas.
Fernández, que en la semana convocó a curas villeros, tiene confianza en la Iglesia y en el rol que ocupa en el reparto de alimentos.
El Gobierno sí evidenció una fuerte baja en el tránsito en el área metropolitana. Los últimos datos que el ministro Mario Meoni le acercó al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, daban cuenta de una disminución del 90%, a pesar de las congestiones en los accesos.
Fernández va a esperar la ronda de consultas prevista para las próximas horas para anunciar, en esa línea, cómo continúa la vida de los argentinos que desde hace poco más de una semana están aislados para tratar de que los casos por coronavirus no se disparen de forma descontrolada como ocurrió en Italia, España o los Estados Unidos.
El Presidente, el gobernador Axel Kicillof y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta ya saben que los contagios van a crecer considerablemente a partir de mediados de abril. Y que los efectos del aislamiento tendrán un análisis mucho más riguroso a partir de la semana próxima, después de quince días de instrumentada la medida.
La continuidad de la cuarentena es un hecho en ese sentido. Lo que se debate en el seno del poder es hasta cuándo. Y si habrá nuevas restricciones. Las decisiones se mueven con la dinámica que marca la pandemia.