El paquete llegó a las oficinas del Correo Argentino de Retiro, donde su contenido fue detectado mediante escaner, y tenía como destinatario a un vecino del barrio porteño de Recoleta, quien quedó detenido a disposición del juez en lo penal y económico Jorge Brugo.
Los restos arqueológicos provenían de La Paz, capital de Bolivia, pero «habrían sido extraídos del sur de Perú y tendrían como destino final museos europeos y coleccionistas privados, que buscan especialmente las piezas textiles que envuelven a los restos momificados».
Según la AFIP, el material incautado «tiene un importantísimo valor histórico y arqueológico ya que pertenecerían a una antigua cultura peruana del siglo VIII A.C – S. III D.C» e iría con «destino final a museos europeos y coleccionistas privados».