Poco después que la conducción del Partido Socialista, con Hermes Binner a la cabeza, ratificara su rechazo a la posibilidad de tener una alianza con el diputado peronista disidente Francisco De Narváez, subió la apuesta en su puja con ese partido para forzar una alianza y sumar en la provincia a Unión Celeste y Blanca.
«Nosotros necesitamos los votos peronistas para ganar las elecciones y, en Buenos Aires, una alianza con el peronismo disidente nos permitiría reemplazar al actual gobierno de [Daniel] Scioli, que, a mi juicio, es bastante conservador. Esta alianza nos permitiría también ganar en el orden nacional”, expresó en declaraciones a un diario porteño sobre la idea de aceptar la adhesión de un sublema de De Narváez, quien se va a candidatear para gobernador bonaerense.
“Nosotros debemos hacer, sin sacrificar nada de lo programático a nivel nacional, todo lo necesario para ganar las elecciones. No por narcisismo partidario, sino para evitar que gane el oficialismo; no sería bueno que esto suceda. Creo que el socialismo piensa lo mismo; por lo tanto, no descarto que al final comprendan que nuestra iniciativa respecto del peronismo disidente está vinculada a la necesidad de reunir la mayor cantidad de votos para ganar las elecciones”, sostuvo Alfonsín.
A pesar de mantener la puerta abierta de un acuerdo con Binner, criticó la postura del socialismo que apuesta a un acuerdo con Luis Juez y la Coalición Cívica, mientras señala que se trata de un espacio progresista en el que no puede estar De Narváez. Alfonsín recordó que Juez sumó a Jorge Ingaramo, un ex funcionario que trabajó para Domingo Cavallo cuando fue ministro de Economía durante la gestión de Carlos Menem y fue candidato por un partido aliado en Pro. “Yo me pregunto por qué los socialistas no tienen en Córdoba las mismas exigencias que tienen para con la UCR en Buenos Aires”, expresó.
Al hablar de quién será su candidato a vicepresidente, en caso de que se rompa definitivamente la posibilidad de acordar con Binner, aseguró que “el progresismo está garantizado” por su propio partido y por su persona. “Yo no tengo que rendir examen de progresismo a nadie”, añadió.
