Bonafini reflota 'la lucha de clases' y condena a Schoklender por 'empresario'

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La presidente de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe Pastor de Bonafini, dio un extenso reportaje al diario Página 12 en el que dio más explicaciones frente al escándalo que se originó tras la salida de Sergio y Pablo Schoklender de la administración de la fundación. Se suma así a las entrevistas que la dirigente de los derechos humanos dio desde el fin de semana, luego de que se activara en la Justicia una investigación contra los hermanos por lavado de dinero y administración fraudulenta.

En la entrevista, Bonafini tomó distancia de los Schoklender, a quienes acusó de «armar una banda» dentro de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y reconoció que la entidad afronta «deudas» que demandarán para ser saldadas incluso la venta de patrimonio.

En la entrevista, se le preguntó a Bonafini: «¿Qué aprendió con todo esto?», luego de quedar Madres envuelta en una complicada polémica por acusaciones sobre el uso de fondos del Estado. Su respuesta fue la siguiente: «Uy… que uno tiene que ser mucho más desconfiada y un poquito más egoísta a veces. También mirar bien la clase. Cada vez creo más en la lucha de clases. Ellos (por los hermanos Schoklender) se criaron en una clase que no tiene nada que ver con la nuestra y a la larga les volvió a agarrar la de ser empresarios».

Hebe de Bonafini, en la misma respuesta, afirmó que a Sergio y Pablo Schoklender «no les importó a costa de qué. Nosotras somos de otra clase social, no pensamos igual. No pensamos en ser una empresa».

La presidente de Madres de Plaza de Mayo, antes, había puesto como ejemplo de la diferencia entre ellas y el, ahora, ex apoderado el modo en el que elegían los hoteles: «Él no iba a San Clemente a una piecita como voy yo con mi hija, él iba al hotel más caro. Siempre le protestaba por eso, le decía ¿por qué? Nosotros tenemos que ser muy discretos en lo que hacemos, estamos en la cresta de la ola, tenemos que cuidarnos. Él decía ‘pero yo trabajo para esto y mi mujer trabaja’«.

En tanto, Bonafini no dudó en calificar de «banda» al grupo organizado por Sergio y Pablo Schoklender en la fundación y reconoció que no había sospechado de la existencia de irregularidades en el manejo de los fondos públicos para la construcción de viviendas.

«Me parece a mí que se armó una banda. Por eso hay dieciséis o diechiocho implicados. Si hubiesen sido uno o dos te das cuenta, pero cuando son tantos, uno confía», afirmó y recordó que Sergio Schoklender «no» se llevaba bien con el Gobierno, porque «era un chico que discutía bastante. Se llevaban mejor con Pablo, que era más calmo».

Bonafini admitió, además, que hace dos años venía discutiendo con Schoklender por dinero.»Discutiendo mal más de un año, pero que venía con esto, dos años. Yo le decía: ‘Tenemos una empresa, el Gobierno no quiere comprar esas casas’… Nosotros trabajamos como soldados del proyecto nacional y popular y si el Gobierno no necesita las casas. Él me decía ‘Las vendemos’ y yo le decía que eso era una locura, pensaba como una empresa», indicó.

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