Lionel Scaloni es hijo de la crisis que la AFA busca dejar atrás. Fue designado técnico de la Selección más por una necesidad coyuntural de la dirigencia que encabeza Claudio Tapia que por haber acumulado méritos para ocupar ese cargo. Los próximos dos partidos que jugará Argentina en la Copa América se pueden convertir en los últimos de su ciclo o en la cabecera de playa para afianzarse en un puesto para el que la AFA no parece disponer a mano las opciones del consenso popular: Marcelo Gallardo, Diego Simeone o Mauricio Pochettino, quienes por «h» o por «b» hoy no parecen dispuestos a asumir ese desafío.
¿Sería muy descabellado imaginar que, en medio del exitismo reinante en el fútbol argentino, una eventual consagración en la Copa América le pudiera abrir a Scaloni la puerta para seguir en el puesto y convertirse en el entrenador que conducirá a la Argentina en las Eliminatorias para Qatar 2022 que comenzarán en marzo? La respuesta es un no rotundo, en especial porque los candidatos más calificados no parecen disponibles o no saben/no contestan.
Fuera de eso, el máster acelerado que realiza Scaloni en su profesión lo mostró muy errático en el comienzo de esta Copa América en la que Argentina se prepara para enfrentar el martes a Brasil en una de las semifinales, y ahora lo deja ver con una mejor cara a partir de sus últimos aciertos, esos que contribuyeron a que el equipo mostrara una leve evolución en su juego. En este repaso, las fallas y los aciertos salientes de Scaloni a la espera del gran clásico del martes a las 21.30, en el Mineirao de Belo Horizonte.
Los errores:
1 En el debut ante Colombia, y con el marcador 1 a 0 a favor del conjunto cafetero, decidió sacar a Sergio Agüero para incluir a Lautaro Martínez. El partido pedía que el «Kun», quien era el centrodelantero de Argentina, siguiera en la cancha. Sin embargo, el técnico prefirió sacrificar su presencia para darle lugar a la entrada de Martínez, el goleador de su ciclo con seis goles. Lo ideal hubiera sido poner al joven delantero del Inter por un mediocampista o en todo caso por un defensor. Colombia finalmente se impuso por 2 a 0.
2 En el segundo partido, el 1 a 1 frente a Paraguay, los mejores momentos de Argentina se vieron cuando convivieron en el ataque Lionel Messi, Agüero y Lautaro Martínez. Sin embargo, y cuando el marcador ya estaba igualado en uno, Scaloni disolvió el tridente al poner a Angel Di María por Martínez, cuya presencia era una amenaza constante para el fondo paraguayo. Scaloni explicó luego que lo sacó porque Martínez había recibido un golpe, pero el propio dijo que estaba en condiciones de seguir.
3 La timidez y la apatía inicial. A excepción de los primeros veinte minutos del segundo tiempo ante Colombia y de algunos tramos del juego frente a Paraguay, el comienzo de Argentina en la Copa América resultó poco alentador. La Selección tuvo un mediocampo contenido, con intérpretes que pocas veces pisaron el área rival, y en líneas generales evidenció ser un equipo con una temperatura media, sin ese fuego interior y esa rebeldía necesarias en los momentos poco halagüeños. Otra dificultad que se notó fueron los movimientos algo cansinos del mediocampo, en especial porque a Giovanni Lo Celso, Leandro Paredes, Guido Rodríguez y Angel Di María les faltó mayor dinámica en determinados momentos de los encuentros.
Los aciertos:
1 Tras la evidencia de sus cambios fallidos en los dos primeros partidos, Scaloni detectó que la principal fortaleza de Argentina era la presencia del tridente compuesto por Messi, Agüero y Martínez, y los puso de entrada en los últimos dos partidos, ante Qatar y Venezuela. Con ellos, el equipo tiene mayor poder de fuego y les transmite a los rivales esa sensación de que un error o un mínimo descuido les puede costar caro. Una propuesta ambiciosa, especialmente si se repara en que se trata de un equipo en formación y en que la idea primaria del técnico contemplaba solamente a Agüero como acompañante de Messi.
2 El protagonismo de Rodrigo De Paul. Después de destacarse en el Udinese en el último semestre, el mediocampista ofensivo se transformó en una solución para Scaloni. Le aportó dinámica y entrega al mediocampo, y se ganó un lugar entre los once en un puesto que a priori parecía reservado para Angel Di María. Dejó a un costado el rol de pieza de relleno en el plantel para volverse valioso para el equipo. Sus buenos rendimientos en los últimos dos partidos parecen garantizarle un lugar entre los once el martes ante los brasileños. Scaloni lo puso por la banda izquierda contra Paraguay y lo cambió de andarivel en las últimas dos presentaciones, pero para él ese cambio resultó indistinto: respondió de acuerdo a las expectativas. De Paul además fue generoso a la hora de realizar relevos defensivos, un trabajo silencioso que suele ser poco reconocido. La inclusión de Marcos Acuña por un apagado Lo Celso, primero en el segundo tiempo ante Qatar y luego de movida contra Venezuela, también dotó al equipo de un mejor perfil en la mitad de la cancha. El buen manejo de pelota de Acuña y su predisposición para el ida y vuelta le dieron otra energía al costado izquierdo del mediocampo y mayor equilibrio a ese sector del campo.
3 Scaloni se la jugó por Juan Foyth para ocupar el lateral derecho ante Venezuela y el juvenil del Tottenham le respondió. Después de las actuaciones poco convincentes de Renzo Saravia (jugó ante Colombia y Qatar) y de Milton Casco (fue titular contra Paraguay), el técnico decidió correr a Foyth de su posición natural de central al lateral (en Inglaterra jugó tres encuentros allí) para contar con mayores seguridades defensivas y también para ganar en presencia en el juego aéreo. La modificación le dio resultado y todo parece indicar que Foyth también se ganó un lugar para el clásico ante Brasil, en el que tendrá la difícil misión de controlar a Everton, un delantero muy desequilibrante en el mano a mano.