Este porcentaje es sólo superado por Venezuela 2.700%-, Sudán -115,5%- y Surinam 48,6% y no se encuentra lejos de Yemen 45%- y Zimbabue 41%-.
Excluida Venezuela la inflación promedio en el área de Latinoamérica y el Caribe –9,7%- representaría menos de la cuarta parte de la suba que registraría la Argentina en el año en curso.
Susto
Lo que “asusta” a los técnicos del FMI es que se pronostica que la inflación anual en las economías avanzadas alcanzará un máximo de 3,6% en promedio en los últimos meses de este año quebrando de esta forma tres décadas de tasas bajas.
La buena noticia es que las proyecciones del organismo multilateral es que en las naciones desarrolladas la inflación volverá a un ritmo de 2% en el primer semestre de 2022, es decir un nivel en línea con los objetivos de los bancos centrales.
Para los mercados emergentes se prevé un aumento más rápido, alcanzando una inflación promedio anual de 6,8%, para luego ir disminuyendo al 4%.
Las proyecciones, sin embargo, vienen con “una considerable incertidumbre”, según el Fondo, y advierten que la inflación puede ser elevada por más tiempo.
Los factores que podrían jugar en este sentido incluyen:
- el aumento de los costos de la vivienda,
- los faltantes de oferta,
- la suba en los precios de los alimentos y
- depreciaciones cambiarias en los mercados emergentes.
Se destaca que los precios de los alimentos en todo el mundo aumentaron alrededor del 40% durante la pandemia.
A contramano de la desaceleración de la inflación a la que apuesta el FMI, la suba de los precios en la Argentina se mantendría en niveles elevados, al menos según resulta del pronóstico de las consultoras para 2022: 46,2% y –si se cumple- previsiblemente logre un nuevo puesto en el tope de la tabla de los países con más inestabilidad.
Liliana Franco/Ámbito