En la celebración eucarística que marcó el inicio de Semana Santa, el obispo Vicente Bokalic destacó que el reinado de Jesús se basó en la bondad y misericordia, lo contrario a los que hoy se sienten dueños de todo gracias al «poder político y económico».
Ante una gran multitud que se convocó en la plaza Manuel Belgrano, el prelado expuso en su homilía: «Este inicio de Semana Santa lo quisimos hacer juntos uniendo todas las comunidades de La Banda, con dos momentos puntuales; se han bendecido -en cada parroquia- los ramos con los que recordamos la entrada victoriosa de Jesús en Jerusalen y esta celebración eucarística».
«Jesús el enviado de Dios, el mensajero del reino se había encaminado decididamente a Jerusalen a pesar de que sabía de la hora sagrada, de la hora temida, sentía que llegaba la definición cruenta de su vida. Aún así estaba seguro de cual era su misión, su prédica de amor y salvación; tenía que terminar en la cruz con el derramamiento de su sangre y la entrega de su cuerpo por nosotros».
Destacó además: «Que reinado el de Jesús, nada de grandeza, nada de prepotencia, nada de hacerle sentir el poder a los demás como aquí en la tierra. Nosotros estamos acostumbrados que aquel que tiene el poder político o económico lo haga sentir, nos avasalla, nos violenta, nos amenaza. Cuántas veces escuchamos ‘si no estás conmigo vas a perder derechos’. Cuantas veces el poder político nos dice ‘si no me haces caso o si no haces lo que yo hago vas a perder los beneficios’, así nos quieren sumisos y nos lo hacen sentir».
«Sin embargo el poder de Jesús pasa por otro lado. Ese pueblo recordó la bondad, los gestos de misericordia y la salvación que había en la vida del hijo de Dios, por ello gritaron de alegría y se maravillaban a la entrada de ese mesías montado en un burrito, símbolo de la sencillez y la humildad. El verdadero rey, el que tenía todo el poder en sus manos, se bajó, se hizo pequeño».
«Que hermosos es reconocer que nuestro Señor es el que invierte todo los valores de apariencia y grandeza por la que luchan muchas veces nuestros líderes políticos y se olvidan del servicio que deben brindar desde la autoridad».
«El reinado de Jesús -continuó- nace desde el amor, desde la misericordia, de la verdad, de trazar encuentros y conciliación; hoy lo hemos proclamado como nuestro rey, como nuestro Señor que tiene palabras de vida eterna, solo en él está la verdad, la seguridad, de él brota el consuelo en las horas difíciles de crisis.
La verdadera alegría nace de ese corazón que sabe de amor, está unida a la cruz del sufrimiento y a veces al dolor que padecemos, pero cuando está Jesús presente con su palabra, con su gracia y bendición nos da la fuerza para alzar la cruz de cada día».
Finalmente indicó: «Si queremos resucitar tenemos que cargar esa cruz, que es símbolo de vida y gracia. Con éstos sentimientos dejemos que Jesús pase por nuestras vidas y que al final de Semana Santa podamos decir él me ha iluminado en este camino, que dejó la paz, reconciliación y la solidaridad con tantos hermanos que están padeciendo en éstos momentos. Que transforme nuestro corazón, renueve nuestra fe y nos de un amor activo».
