Bolsonaro causa una crisis institucional en Brasil con una marcha

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El presidente de BrasilJair Bolsonaro, intentaba este miércoles controlar los daños que causó su apoyo, a través de WhatsApp, a una manifestación convocada por sus seguidores contra el Congreso y el Supremo Tribunal Federal (STF) para el 15 de marzo, abriendo un cisma con los dos poderes.

La manifestación fue lanzada luego de que el ministro de la Oficina de Seguridad Institucional, general Augusto Heleno, acusara al Congreso de «chantaje» para negociar el presupuesto.

La convocatoria se llama «15 de marzo Capitán Bolsonaro/General Heleno. Brasil es nuestro y no de los políticos de siempre».

El mandatario ultraconservador reenvió desde su cuenta de WhatsApp un video llamando a participar de la protesta, contó el exdiputado Alberto Fraga, aliado y amigo de Bolsonaro, lo que fue interpretado por legisladores, jueces y expresidentes como un apoyo tácito a un acto contra dos de los poderes de la República.

Las críticas no tardaron en llegar. El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, opinó que “crear una crisis institucional no ayuda al país”. Somos nosotros, las autoridades, quienes tenemos que dar un ejemplo de respeto por las instituciones y el orden constitucional”, agregó.

Jair Bolsonaro no está a la altura del altísimo cargo que ejerce”, dijo por su parte el juez Celso de Mello, del STF. “Desconoce el valor de la orden constitucional e ignora el sentido fundamental de la separación de poderes.

La divulgación del vídeo «refleja un gesto de ominoso desprecio y degradación inaceptable del principio democrático», agregó.

El expresidente de izquierda y líder opositor Lula da Silva (2003-2010) dijo que es un «gesto autoritario de alguien que agrede a la democracia todos los días», mientras que el centroderechista Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), aseguró que «Brasil está ante una crisis institucional de consecuencias gravísimas».

«Es algo criminal pronunciarse desde la presidencia contra las instituciones democráticas», afirmó el excandidato presidencial Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), cuyo hermano fue baleado la semana pasada durante una huelga policial por la que responsabilizan al clan Bolsonaro.

La influyente Orden de Abogados de Brasil (OAB), que promovió el impeachment contra Dilma Rouseff, afirmó que existen bases para un juicio político por atentar contra la democracia al considerar que el reenvío que realizó el presidente por WhatsApp es un acto público.

Jair Bolsonaro intentó este miércoles contener, tardíamente, la escalada y ordenó a los funcionarios públicos y ministros de su gabinete que no participen de la protesta de marzo.

No obstante, la prensa brasileña tuvo citó a fuentes que señalaron que para el mandatario las reacciones fueron exageradas.

Públicamente, el ultraconservador aseguró: «Tengo 35 millones de seguidores en mis redes sociales (Facebook, Instagram, YouTube y Twitter), donde mantengo una intensa agenda de noticias que la prensa tradicional no divulga. En WhatsApp, tengo unas pocas docenas de amigos donde, reservado, intercambiamos mensajes personales».

Quien no se sumó a los intentos por suavizar la crisis de poderes fue el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del mandatario, quien publicó un provocador tuit: “Si cayera una bomba H en el Congreso, ¿realmente alguien lloraría?”.

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