Boudou detuvo «verbalmente» la modernización de Casa de la Moneda que había sido impulsada por Kirchner

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Foto: Web

En la citación que dispuso Lijo, después de dos años de investigación, describió el hecho con precisión. Básicamente le dio valor de prueba judicial a lo que desde el periodismo se viene contando desde 2012.

Que un grupo de allegados a Boudou, con su socio José María Núñez Carmona al frente pero en la sombra, se quedó con el 70 por ciento de las acciones de Ciccone. Esa compañía iba a ser contratada por la Casa de Moneda para imprimir 410.000.000 de billetes de 100 pesos. Boudou, como ministro de Economía, tenía bajo su órbita a la Casa de Moneda. Allí reside el delito de negociaciones incompatibles con la función pública. Boudou, según explica el juez, se quedó con Ciccone a través del ignoto fondo de inversión The Old Fund cuya cara visible era Alejandro Vandenbroele, conocido de Núñez Carmona.

Entre las pruebas que enumera Lijo en las que fundamenta el llamado a indagatoria está el cruce de llamados telefónicos y una declaración testimonial que reveló un hecho poco conocido alrededor del Caso Ciccone.

El 20 de mayo pasado declaró ante Lijo Ariel Rebello, quien fuera presidente de la Casa de Moneda antes de la llegada de Katya Daura, enviada de Boudou a esa repartición.

Rebello dijo ante el juez Lijo que fue Boudou quien «verbalmente» le aseguró que Casa de Moneda no iba a poder conseguir avales para el crédito que necesitaba para modernizar la planta. Estaba en marcha una compra a la empresa suiza Konig & Bauer, conocida en el mundo como KBA, una de las más importantes del mundo, para que Casa de Moneda pudiera abastecer los billetes necesarios desde el Estado. La licitación millonaria había comenzado en 2009. Se iban a necesitar unos 500 millones de pesos de inversión. Sin el aval de Economía no se podía conseguir el dinero que iba a prestar el Banco Nación. Y fue Boudou, según admitió Rebello en su declaración testimonial, quien negó esa posibilidad. Casi simultáneamente con una modificación accionaria de The Old Fund, fue una gerencia de la Casa de Moneda -en manos de gente de Boudou- la que dio por cerrado el caso.

El juez describe este hecho de la siguiente manera: «… con la finalidad de que Ciccone Calcográfica sea contratada por el Estado Nacional, Boudou habría interrumpido una licitación que tramitaba en Casa de la Moneda, que permitía el autoabastecimiento de la producción de la totalidad de las demandas de billetes del Banco Central. Concretamente, el 16 de junio del año 2009 se inició en Casa de la Moneda una licitación pública para adquirir el equipamiento integral para la producción de billetes, donde se calculó una inversión de $521.723.160, aprobada el 27 de agosto de 2009 por la Dirección Nacional de Inversión Pública del Ministerio de Economía. Luego de casi un año y medio de avanzado trámite, Amado Boudou, en su calidad de Ministro de Economía, habría ordenado verbalmente no otorgar el aval requerido por el Banco Nación para el otorgamiento del crédito necesario para efectivizar la compra de los equipos. En este sentido, el 2 de noviembre de 2010, pocos días después de que se modificara la composición accionaria de The Old Fund, se corrió vista a la Gerencia de Administración y Finanzas de Casa de la Moneda y, al día siguiente, esa gerencia informó que no se contaba en el presente o futuro inmediato con los fondos suficientes para constituir una carta de crédito por el total de la inversión. Finalmente, se dejó sin efecto la licitación y se ordenó desglosar el requerimiento de compra».

 

Explican los que conocen aquel episodio que el ex presidente Néstor Kirchner, ante la necesidad de mayor impresión de billetes, había ordenado aggiornar la Casa de Moneda. Para eso había que comprar máquinas nuevas y por eso se había encaminado la licitación que tenía un costo importante pero accesible para el Estado Nacional. Pero el 27 de octubre de 2010, cuando Kirchner murió, las cosas comenzaron a cambiar. Según el juez, como Boudou ya se había quedado con Ciccone y él iba a enviar hacia allí buenos contratos, la compra de máquinas y por ende la modernización de la Casa de Moneda quedó trunca. Se hizo imperioso entonces contratar a Ciccone Calcográfica, bautizada entonces Compañía de Valores Sudamericana (CVS), en ese momento, según la investigación judicial, en manos de Boudou y sus allegados.

Fuente: Infobae

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