Candidatos silenciosos: la intimidad de las figuras del vóley en la Villa Olímpica

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Los triunfos del seleccionado masculino de vóley frente a Irán y Rusia despertaron la ilusión en los argentinos. Llegaron a Río de Janeiro con perfil bajo y sin el rótulo de candidato, pero sus dos actuaciones ante los asiáticos y los europeos posicionaron al equipo de Julio Velasco en la primera plana nacional.

Cuatro de sus figuras le abrieron las puertas de la Villa Olímpica a Infobae para hablar del presente de un combinado que no quiere perder la cabeza. Como explicó Facundo Conte, los protagonistas no tienen tiempo para dispersarse. «Le ganamos a un campeón olímpico y ahora se nos viene un campeón mundial, pero nosotros vinimos a buscar la victoria del 17 de agosto (día que se disputan los cuartos de final)», dijo el Heredero con un análisis que marcó la referencia para sus compañeros.

«Si hubiera sido un partido en el que se jugaba algo importante podría decir otras cosas, pero por ahora fue un choque de la zona. Para muchos es algo histórico, pero yo voy a pensar eso cuando termine el torneo», continuó Luciano de Cecco con su habitual sonrisa y buen humor que lo caracteriza.

El grupo empezó a forjarse en el Mundial de Italia del 2010 y cuenta con la experiencia de Londres 2012. Como explicó Alexis González, «eso suma mucho porque hay chicos que tienen 26 ó 27 años que todavía no saben cuál es su techo». «Yo a los 35 ya estoy hecho», dijo entre risas el líbero.

«Antes éramos muy irregulares, pero ahora estamos muy unidos y enfocados en lo que queremos. Creo que eso se nota en la cancha», agregó Conte, tras dejarle la palabra a Pablo Crer, quien advirtió que «la llegada de Julio sirvió para fortalecer al grupo».

«No sé lo que transmitimos, ojalá que esto sirva para generar un movimiento importante para que nuestro deporte siga creciendo», enfatizó De Cecco con un argumento que expone el exitismo de los hinchas: «Cuando no metés un resultado resonante, al vóley no lo conoce ni Cristo».

Aunque lo nieguen, el sueño de la medalla es perceptible. El aroma a hazaña similar al de Seúl es impenetrable para los protagonistas actuales. «Ni tocamos el tema porque somos conscientes de que podemos pasar el grupo y quedar afuera en cuartos de final», advirtió González.

A su lado, el armador completó lo que siente el plantel cuando se lo compara con los héroes que consiguieron la gesta en Corea del Sur. «La generación del 88 va a seguir siendo el hito del vóley argentino hasta que alguien saque la misma medalla o la supere», advirtió el santafesino.

En cambio, el joven rosarino se animó a confesar que sus esperanzas están muy elevadas: «Hoy hablaba con Facu tomando unos mates y la verdad que ilusiona. Tenemos un buen equipo que está muy unido y quiere avanzar en este largo camino», aseguró.

Justamente, el hijo de Hugo se podría convertir en el comandante de la nueva coronación.

«Será lo que deba ser, yo no estoy pensando en mi apellido, ni en la medalla de Seúl. Sólo quiero aportar lo mejor para el equipo, al igual que mis compañeros», afirmó el hombre del SKRA Belchatów de Polonia.

Maduro, centrado y equilibrado, Conte se despidió con un claro mensaje a los que le quieren inculcar la presión de ganar lo mismo que consiguió su padre. «Lo que logró, lo hizo él en su momento. Me ayudó a ser quien soy hoy, tuve una ventaja muy grande cuando era chico, pero hoy quiero pensar en mi equipo», dijo el bonaerense y concluyó: «Ahora no me enseña más, ya no se mete porque marco el territorio. Prefiero tomar mis decisiones junto a mis entrenadores porque este camino es mío. Lo compartimos porque tenemos una relación increíble, pero los consejos me los dio cuando estaba creciendo, hoy la situación es distinta».

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