La líder de la Coalición Cívica y ex diputada nacional, Elisa Carrió, habló luego de ser acusada por el kirchnerismo de violar la cuarentena durante la fiesta de su cumpleaños número 64 y se defendió: “Por primera vez en mi vida sentí ‘me quiero ir de este país’. Me dio mucha tristeza por nuestra nación y por mí misma”, dijo la referente de la oposición, en diálogo con el periodista Marcelo Bonelli por radio Mitre, aunque inmediatamente aclaró: “No me voy a ir, voy a seguir luchando pero tuve la sensación de irme”.
En ese sentido, Carrió lamentó la acusación porque considera que, “si alguien cumplió estrictamente con la cuarentena decretada por el gobierno nacional, fue ella”. Además, comparó su festejo con el cumpleaños de la primera dama Fabiola Yáñez, ocurrido en la Quinta de Olivos en julio de 2020, cuando regía en todo el país un confinamiento estricto.
“Mi cumpleaños fue al aire libre, había gente de 80 años, no fue un cumpleaños de políticos, lo hice consultando con el intendente de Capilla del Señor. Todos vinieron testeados. El cumpleaños de diciembre del año pasado fue público y hubo fotos en todos los diarios. Ayer me sentí muy triste”, dijo la dirigente. Explicó que en aquel entonces, para llevar adelante el festejo, le preguntó al intendente local cuántas personas podía invitar y bajo qué condiciones, aunque no precisó cuál fue la indicación del funcionario. “La mayoría de la gente eran amistades mías de toda la vida. (…) Todos tuvieron que venir testeados”, remarcó.
Entre los 70 invitados convocados había varios ex funcionarios y legisladores. Estaban, entre otros, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, el ex ministro de Economía Alfonso Prat Gay, y su vice, Pedro Lacoste, el ex diputado Adrián Pérez y Mario Quintana, ex vicejefe de Gabinete, Maximiliano Ferraro, y los diputados nacionales Juan Manuel López, Toty Flores, Paula Oliveto, Mariana Zuvic, Mónica Frade, Marcela Campagnoli, Carmen Polledo, Pablo Torello, Lucila Lehmann y Mariana Stilman. También la senadora bonaerense Elisa Carca y el legislador porteño Agustín Forchieri, vicepresidente 1° de la Legislatura. Concurrieron además varios referentes de la UCR: Mario Negri, jefe del bloque de diputados; Daniel Salvador, ex vicegobernador de María Eugenia Vidal y actual titular del radicalismo bonaerense y el ex embajador en Uruguay de Cambiemos Mario Barletta.
Durante el reportaje, le consultaron además a la líder opositora si consideraba que la acusación por parte del kirchnerismo era un intento por tapar el escándalo de Olivos. Al respecto, Carrió contestó con dureza: “No lo sé, pero creo que ser canalla no es una buena calidad humana. Canallas son los que denunciaron ayer y los que están detrás de eso. Yo no fui crítica a las restricciones de la pandemia, ni de las del Gobierno nacional, ni de las de la Ciudad. Canalla es quien no tiene moral, no tiene consciencia, no tiene vergüenza”, insistió.
La líder de la Coalición Cívica insistió en la indignación que le produjo ser acusada de violar la cuarentena y expresó su dolor. “Entendí como ciudadana a aquellos que dicen que no quieren vivir en la vergüenza y la mentira que se vive en este país, y a mí me han dañado mucho. A mí y a mi familia, lo acepté como parte de la vida política. Ayer lloré porque yo cumplí absolutamente todo”, dijo.
Además, recordó que “empezó la cuarentena en total aislamiento” y que apenas mantuvo contacto “con sus hijos y la custodia”. No entró nadie. No entró un diputado. Yo soy la persona más complicada porque un contagio me llevaba a la muerte. Tuve primos muertos por el COVID y cumplí todas las medidas porque me parece que dar el ejemplo es importante. Yo vivo en el campo. Mi casa está aislada de otras. Yo dije que había que quedarse en el país y vacunarse acá porque yo tenía que dar el ejemplo”, agregó.
Ayer, la ex diputada nacional dijo que presentará un escrito ante la Justicia para “explicar por qué no se infringieron normas en la reunión” que convocó en diciembre pasado. Será ante el tribunal que investiga la fiesta de Olivos de Fabiola Yañez y el presidente Alberto Fernández.
Fue la segunda decisión que tomó Carrió respecto a la acusación. Antes, la Coalición Cívica difundió un comunicado apenas empezaron en las redes a comparar el festejo de la referente opositora con el encuentro de julio del año pasado, cuando la Primera Dama celebró sus 39 años en la residencia de Olivos junto al jefe de Estado.
Carrió analizó durante la tarde de ayer con su equipo más cercano los pasos a seguir luego de que también se conociera una denuncia de un abogado en contra suya y del ex presidente Mauricio Macri por supuesta violación de las medidas sanitarias ordenadas por el Gobierno ante el coronavirus. La presentación -realizada en base a artículos periodísticos- señala en uno de sus párrafos que “la normativa sanitaria fue burdamente violada por la anfitriona y por sus asistentes, quienes, dicho sea de paso, se encontraban legal y moralmente más obligados que cualquier ciudadano a dar el ejemplo, pues muchos de ellos ocupan puestos de relevancia en la función pública”.
Fue así que Carrió decidió que se empiece a trabajar en la presentación de un escrito ante la fiscalía que investiga al presidente Fernández por las visitas a Olivos que explique los motivos por los cuales considera que no incumplió ninguna de las restricciones vigentes.
En su diálogo de esta mañana con Radio Mitre, Carrió dijo que “le da pena pensar que no vale el ejemplo frente a la sociedad y que se siente herida”. Finalmente, aprovechó para despegarse nuevamente de aquellos que piden el juicio político contra el jefe de Estado por la fiesta del año pasado.
“Yo dije que no creo que en elecciones se deba hacer un juicio político. Me parece inhumano lo que hacen. Yo no soy golpista, pero le pido al Gobierno que respeten la vida privada de los ciudadanos, sobre todo la de aquellos que hemos aceptado las normas y dimos el ejemplo durante la pandemia. No todos somos iguales a ellos”, concluyó.