Chile gira a la derecha: Piñera vuelve al poder tras una amplia victoria

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A pesar de los pronósticos de un reñido final, el conservador Sebastián Piñera logró ayer un contundente triunfo electoral, el más amplio en una segunda vuelta desde el retorno de la democracia en Chile. Así, volverá a la presidencia después de cuatro años, esta vez con la promesa de buscar acuerdos en un país que quedó muy polarizado tras la campaña.

«No queremos el comunismo, no queremos el socialismo», gritaban simpatizantes de Piñera antes de su discurso, en el que prometió que Chile recuperará «la senda del progreso y del desarrollo».

Piñera tendrá que repetir ahora una escena que se dio en 2010: recibir el mando del país en marzo próximo de manos de Michelle Bachelet. La presidenta, muy criticada en las últimas dos semanas previas al ballottage por las muestras de apoyo que surgieron desde el gobierno hacia Guillier, llamó por teléfono al ganador a las 20.10. No mostraba un buen semblante.

«Quería llamarlo para felicitarlo por su triunfo, para desearle una muy buena gestión en su mandato, porque usted y yo queremos a Chile. Quería desearle mucho éxito», le dijo Bachelet a Piñera.

Entonces, ahí mismo y en transmisión especial por televisión, la gobernante dijo que «por supuesto» y ofreció visitar hoy a su sucesor para coordinar detalles del traspaso. «La invito si quiere a tomar desayuno con los brazos abiertos», atinó Piñera, y acordaron que a las nueve de la mañana estará bien. Luego le dijo a Bachelet que en cierta forma la envidia, porque gobernar Chile no es fácil y ahora podrá descansar, y cortaron la comunicación después de enviar saludos a sus familias.

Las celebraciones a esa hora estaban desatadas en las principales ciudades de Chile y en el sector oriente de la capital, donde los bocinazos fueron a ratos ensordecedores.

A las 21.22, Piñera realizó su primer discurso como presidente electo en la Alameda, la avenida principal de Santiago. Antes, se presentó junto a Alejandro Guillier frente a la prensa. Primero habló Guillier y comprometió una colaboración eficaz como oposición «para que a todo Chile le vaya bien». Después, Piñera recordó: «Tuvimos que trabajar juntos en el pasado [cuando Piñera era dueño del canal en Chilevisión fue jefe de Guillier] y estoy seguro de que vamos a seguir trabajando juntos en el futuro».

«Chile necesita acuerdos, diálogo, porque así los países crecen sobre roca (…) En la primera vuelta, obtuvimos menos votos de lo que creíamos y en la segunda vuelta, obtuvimos más votos de lo que creíamos. Muchas gracias, muchas gracias, muchas gracias. Suficiente», agregó, y tomó de la mano a su esposa, Cecilia Morel, y todos salieron del salón.

Ya en la calle, se dirigió a sus adherentes enviando su solidaridad a la Villa Santa Lucía, en el sur de Chile, arrasada por un aluvión anteayer. Luego de agradecer, dijo que ayer «se apagó la voz de los candidatos y se escuchó fuerte y clara la voz de los chilenos».

Señal de madurez democrática: Piñera y Guillier, con sus mujeres, tras conocerse el resultado
Señal de madurez democrática: Piñera y Guillier, con sus mujeres, tras conocerse el resultado. Foto: DPA

«Es un magnífico triunfo, que recibimos con unidad y esperanza», agregó. Entonces comenzaron los gritos de «Chile se salvó, Chile se salvó» y Piñera tuvo que aplacar la odiosidad felicitando a su contendor y prometiendo que se respetarán las diferencias y buscará la unidad.

Guillier, el abanderado de Fuerza de Mayoría, sumó apenas el 45,49% de la votación. El resultado fue tan inesperado que mientras en el Hotel Crowne Plaza, el centro de operaciones de Chile Vamos en Santiago, celebraban con banderas y cumbia (tampoco esperaban una diferencia tan grande), en el Hotel San Francisco, donde se concentró el equipo de Fuerza de la Mayoría, no sabían cómo asumir el desastre electoral. Esperaban una diferencia de entre 40.000 y 50.000 votos, no más que eso.

«Me pilla muy de sorpresa, siempre dije que sería muy estrecho», comentó la senadora socialista Isabel Allende. Esa escena se produjo a las 18.33 de ayer.

Una hora después, y luego de haber llamado por teléfono a su adversario, Guillier reconoció públicamente la derrota. «Quiero en esta noche felicitar a mi contendor, Sebastián Piñera, el nuevo presidente de la república, a quien ya llamé para felicitar por su impecable y macizo triunfo», dijo, y luego habló directo a sus seguidores.

«Cariñosamente, los invito a aprender la lección, a estudiar los resultados del voto ciudadano y a reconstruir una opción democrática, basada en los principios de solidaridad, libertad e igualdad de oportunidades».

Sobre el resultado, Guillier fue autocrítico, aunque matizó su mensaje: «Hemos sufrido una derrota dura y en las derrotas es cuando más se aprende. Debemos levantar nuestro ánimo y salir a defender las reformas en las que creemos, tenemos que trabajar para renovar nuestros liderazgos, nuestras formas de acción política, ir más a los movimientos sociales, olvidarnos de tantos palacios e ir a las juntas de vecinos, a las organizaciones sociales».

Pese a que dijo haber vivido una «jornada dolorosa», con momentos «dramáticos y duros», el senador oficialista prometió que junto a su familia seguirá trabajando «por la unidad del progresismo. Es tiempo de renovación, no de retroceso. Debo reconocer que mi rival ya recogió muchas de nuestras banderas».

Federico Grünewald/La Nación

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