Cuatro personas, entre ellas un niño, murieron a manos de un hombre que abrió fuego en Estados Unidos en un edificio de oficinas en la ciudad de Orange, al sur de Los Ángeles, en el estado de California, informó la policía.
Este tiroteo, ocurrido el miércoles, se produjo después de dos ataques similares perpetrados recientemente que dejaron un total de 18 muertos en Estados Unidos y avivaron el debate sobre la proliferación de armas en el país.
El atacante, cuyas motivaciones se desconocen de momento, también resultó herido de bala tras la intervención de la policía y se encuentra en estado crítico, dijo una oficial de policía, Jennifer Amat.
Los policías están intentando aclarar si resultó herido durante el tiroteo con la policía o si él mismo se provocó las heridas. No se tienen por ahora detalles sobre las víctimas mortales del ataque, pero sí se sabe que una quinta persona, una mujer, está herida muy grave, agregó Amat, informó la agencia de noticias AFP.
El tiroteo ocurrió hacia las 17:30 en el último piso de un pequeño edificio de oficinas. En él se encuentran las oficinas de una compañía de seguros, una consultora financiera y una tienda de reparación de teléfonos, dijo un medio de comunicación local.
Según el diario Los Angeles Times, los policías llegaron al lugar, recibieron disparos y respondieron. «No hemos tenido un incidente semejante en Orange desde 1997», subrayó Amata, refiriéndose a un tiroteo que dejó cuatro muertos.
«Es horrible, desgarrador», dijo el gobernador de California, Gavin Newsom.
El 22 de marzo pasado, una persona había matado a diez personas en un supermercado de Boulder, en Colorado, días después de que un hombre asesinara a ocho personas en unos salones de masaje propiedad de estadounidenses de origen asiático de Atlanta, en Georgia.
Fuente: telam