El programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés) fue implementado en 2012 por el gobierno de Barack Obama. La medida le permitió a una masa de casi 800 mil inmigrantes que entraron ilegalmente a los Estados Unidos siendo niños, los llamados dreamers (soñadores), recibir permisos de trabajo temporales, licencias de conducir y un número de seguridad social.
Muy crítico con la iniciativa de su antecesor, Donald Trump suspendió el 5 de septiembre de 2017 toda nueva solicitud de inscripción al programa y anunció su deseo de ponerle fin, lo que podría llevar a la deportación de todos sus beneficiarios. Para evitarlo, un grupo de legisladores republicanos y demócratas empezaron a trabajar desde hace unos meses en un nuevo proyecto. El Presidente condició su eventual apoyo a que le garanticen el financiamiento para la postergada construcción del muro en la frontera con México, algo que el Congreso le viene negando.
El grupo de trabajo llevó este jueves una propuesta consensuada a la Casa Blanca. Pero la reunión con el presidente no salió como esperaban. «El llamado acuerdo bipartidista por el DACA que me presentaron ayer junto con un grupo de diputados y senadores republicanos fue un gran paso atrás. No financiaba como corresponde la construcción del muro, empeoraba la migración en cadena y la lotería de visas, y obligaría a los Estados Unidos a recibir un gran número de personas de países con mucho crimen, a los que les va mal», escribió Trump este viernes en su cuenta de Twitter.
El mensaje continuó en otros tuits. «Quiero un sistema de inmigración basado en el mérito, que nos ayude a llevar el país al siguiente nivel. Quiero seguridad y confianza para nuestra gente. Quiero parar el masivo flujo de drogas. Quiero financiar a nuestro Ejército, no quiero un desfinanciamiento demócrata. Como a los demócratas no les interesa la vida y la seguridad, el DACA ha dado un gran paso atrás. Los demócratas van a amenazar con cerrar (el Gobierno, al no aprobar el presupuesto), pero lo que están haciendo es cerrar nuestro Ejército, justo cuando más lo necesitamos. Sean inteligentes, HAGAMOS GRANDE DE NUEVO A LOS ESTADOS UNIDOS».
El mandatario se refirió también al escándalo que se desató el jueves a la noche luego de que The Washington Post difundiera que, durante la reunión con los legisladores, Trump habría preguntado: «¿Por qué recibimos a toda esta gente de países de porquería?». El mandatario desmintió la versión.
Luego precisó: «Nunca dije nada despectivo de los haitianos, más allá de que Haití es, obviamente, un país muy pobre y traumatizado. Nunca dije ‘échenlos’. Es un invento de los demócratas. Tengo una maravillosa relación con los haitianos. Probablemente deba grabar futuras reuniones. Lamentablemente no hay confianza».
La reunión sucedió días después de que se anunciara el fin del Estatus de Protección Temporaria (TPS, por sus siglas en inglés) para más de 200.000 salvadoreños residentes, que deberán abandonar el país en los próximos 18 meses. Los senadores Lindsey Graham (republicano) y Richard Durbin (demócrata) propusieron que se redujera la lotería de visas en un 50% y que se priorizara a los países que ya son parte del sistema, según una fuente oficial de la presidencia. Sin embargo, los cambios están lejos de satisfacer a Trump.