Eduardo Espeche: «La forma de hacer periodismo tradicional está en vía de extinción»

Día del Periodista

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Eduardo Espeche (Foto Archivo).

Este viernes 7 de Junio se conmemora, en la Argentina, el Día del Periodista (por la fundación del primer periódico del país, La Gazeta de Buenos Ayres, ocurrido en 1810). Eduardo Espeche, reconocido periodista bandeño, realizó un pormenorizado análisis de esta profesión. «El periodista tradicional o la forma de hacer periodismo tradicional está en vía de extinción», sostuvo el comunicador social.

En un extenso diálogo con LA BANDA DIARIO Espeche explicó, «el periodismo ha tenido modificaciones en este nuevo siglo, y se enfrenta a grandes desafíos. Pero hablando en el contexto nacional y local, en los últimos tiempos ha tenido un achicamiento, cierre de numerosos medios, despidos masivos. A eso se suma la transformación tecnológica».

«En Santiago del Estero, el periodismo local se ha visto obligado a cambiar su forma de llegar al público a través de las redes, portales digitales. Prácticamente no hay medios que no aprovechen los soportes digitales. También modificaron las condiciones de trabajo, hay periodistas que deben responder a varios medios a la vez, la demanda de periodismo digital, además, de sus trabajos en los medios tradicionales», sostuvo.

Sobre esta cuestión añadió, «esto es acompañado por un problema, no se paga por el trabajo en varios medios. Es un serio problema que enfrentan muchos estudiantes, periodistas que recién empiezan su carrera y se ven inmersos en condiciones de trabajo de explotación».

Extinción del periodismo tradicional

El experimentado profesional consideró que el periodismo, «atraviesa una crisis, hay si se quiere una especie de extinción del periodismo».

Sobre este punto clarificó, «considero que se va extinguir la forma tradicional la cual hemos aprendido y hemos hecho periodismo en las décadas pasadas. Nos enfrentados a esta situación de crisis. El que quiera hacer periodismo a la vieja usanza tendrá muchas dificultades. Diferentes estamentos gubernamentales van controlando, de manera meticulosa, la información que circula, algo que antes era impensable que un periodista no pudiera obtener la palabra de un funcionario hoy se ha vuelto difícil, no imposible».

A la vez acotó, «la forma de hacer periodismo tradicional está en vía de extinción porque nos vemos obligados a recurrir a otras formas alternativas, por ejemplo construir historias a partir de los aportes que hacen los usuarios de una red social, la construcción que se hace con la participación de los usuarios, como una forma totalmente nueva».

Espeche insistió, «está en extinción la rutina que antes los periodistas analógicos teníamos de recorrer las usinas de información, de obtenerlas, de poder contrastarlas directamente con las fuentes. Hoy, esto ha cambiado y nuestras rutinas pasa por otro lado, recorrer las redes sociales, en busca de historias porque las fuentes oficiales son de difícil acceso».

El licenciado en comunicación dejó en claro, «no es que el periodismo vaya a desaparecer, aunque algunos hablan con pesimismo de un mundo sin periodistas. Los gobiernos, los organismos prescinden de los periodistas; ellos mismos son los que fabrican su visión de la cosa pública, de la economía, de la política, y descartan al mediador que es el periodista. No creo que lleguemos a ese extremo, pero las plantillas de algunos medios se redujeron teniendo en cuenta que gran parte de la información es reproducción de las oficinas de prensa».

Periodismo de reproducción

Eduardo Espeche afirmó que en los últimos tiempos, «muchas empresas pasaron a hacer periodismo de reproducción hablando de contenido en sí. Se trata de un fenómeno que está vinculado a la proliferación de oficinas de prensa, periodismo institucional que lentamente va reemplazando a los mismos periodistas. Los medios y sus propietarios, que han aceptado esas reglas del juego, cedieron esos espacios que ahora lo ocupa la alta producción envasada de esos organismos de prensa de diferentes tipos de gobierno hablando del Estado. Reproducen fielmente los comunicados, y esto ha llevado a que los periodistas perdamos el contacto directo con la fuente, la posibilidad de preguntar y repreguntar, de obtener información por nuestra cuenta y nos estamos pareciendo más a relacionistas públicos que a periodistas».

A la vez afirmó, «la información envasada antes era complementaria ahora se ha vuelto central, entonces los medios en general reproducen lo que las oficinas o esos gobiernos desean. Obviamente el relato que surge de esas oficinas de prensa, primero eligen que hecho se destacarán y como lo van a contar, impidiendo al periodista inferir, preguntar».

«Esto es contraproducente para las audiencias (público) porque reciben información retaceada y seleccionada previamente. Esto hace que se impongan mayoritariamente en los medios que sobreviven de la pauta, y de una serie de negocios paralelos a la pauta del estado, y el público recibe un relato prefabricado», aseveró.

Alternativa

Consultado sobre cuál sería la salida a esta situación mencionó, «una alternativa es mirar a los costados, dejar de pensar en el funcionario público como fuente excluyente; empezar a buscar a la gente, a los protagonistas, aquellos que son dejados de lado, justamente en la producción de noticias de estos organismos de prensa».

«Por supuesto es un trabajo más esforzado y cuesta, pero creo que se puede contar historias a partir de relatos de otras fuentes que no son precisamente los funcionarios. Las redes sociales proveen una cierta cantidad de información que circulan permanentemente muchas falsas, pero se pueden encontrar historias válidas, muchas veces inéditas que pueden servir para hacer buen periodismo. El contacto con las fuentes se pueden hacer a través de las redes, es decir abren un panorama nuevo. Dan lugar a historias que no estábamos acostumbrados porque no llegaban a los medios», expresó.

Finalmente puntualizó, «esto está vinculado al gran crecimiento de los medios digitales alternativos a los tradicionales y desde su espacio, pelean por generar su propia información y han comenzado a ser una elección de la gente. Tal vez en los medios grandes no encuentran la demanda de información que le es útil, y sí un relato gubernamental o político único y como alternativa recurren a otros medios. Esa tarea hay que encarar con mucha seriedad, porque aparecen medios que no cumplen ni si quiera con los standares básicos de periodismo, tal vez no son muy confiables, pero otros si lo son y de a poco se van convirtiendo en referentes».

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