El desesperante pedido de ayuda de un padre: necesita $1.600.000 para que su hijo reciba un trasplante

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Nacho es salteño, tiene 14 años y sufre leucemia linfoblástica aguda. Los médicos del Hospital Posadas, donde hoy se encuentra internado, le explicaron a su familia que no puede esperar más de 60 días para recibir un trasplante de médula ósea.

Sin embargo, las trabas burocráticas están poniendo en riesgo su vida. El lunes 28 de octubre, un día después de las elecciones, el INCUCAI le informó a su papá que el ente no tenía los fondos necesarios y que la provincia de Salta debía hacerse cargo de todos los costos del trasplante. Hasta el momento, los gastos se dividían a la mitad con la Nación.

En primer lugar, Nacho necesita $600.000 para un estudio de alta resolución que determine cuál es el donante más compatible, ya que ninguno de los miembros de su familia se acerca a los valores recomendables.

Luego, hay que realizar la extracción y traslado de la médula hasta el Hospital Gutiérrez, donde se hará la operación. Esta parte costaría cerca de $1.000.000, aunque si el donante vive en otro país podría ser todavía más caro.

“En el Ministerio de Salud de Salta está todo autorizado y aprobado desde los primeros días de noviembre. Pero el expediente lo pasaron a Hacienda y ahí es donde nos quedamos congelados. Te dicen: ‘No hay plata y estoy esperando que me llegue una partida de dinero; ahí vamos a ver si tenemos los fondos para el trasplante’”, relató a Infobae José González, el papá de Nacho.

El martes de la semana pasada los estudios indicaron que la médula ósea de Nacho dejó de estar en remisión, lo cual complica mucho su salud. Ahora deberá recibir una nueva tanda de quimioterapia más fuerte. “Es otra vez tirar una moneda para ver cómo responde su cuerpo”, explicó su papá.

Lamentablemente, su situación no es una excepción. En los pasillos del hospital y entre los compañeros de cuarto de Nacho, la familia González escuchó muchas historias similares.

Los recursos de amparo para que las obras sociales paguen los tratamientos son moneda corriente. “Muchas veces pasa que en medio de esa lucha legal tu pibe no llega”, dijo José con indignación.

Como si todo esto fuera poco, la familia de Nacho también quedó en una situación compleja. Mientras el padre lo acompaña en Buenos Aires, sus tres hermanos quedaron en Salta con la mamá. Pero José aquí no puede trabajar. Se mantiene con sus ahorros y hasta tuvo que vender algunas pertenencias para conseguir dinero.

“No puede ser que en el INCUCAI se pongan tan ásperos, que si no ponés la plata no hacen nada”, se lamentó José. Según le explicaron, los cambios políticos tanto a nivel nacional como provincial complicaron las cosas más de lo habitual.

Para los González la situación ya es desesperante. Por eso decidieron iniciar una colecta para poder avanzar con el trasplante por su cuenta. Ante la falta de respuesta por parte del Estado, sólo le queda apostar a la solidaridad.

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