«El Espíritu de la Verdad dará testimonio de mí»

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POR FACUNDO GALLEGO, ESPECIAL PARA LA BANDA DIARIO

Lunes VI de Pascua – San Juan I, papa y mártir

  1. Oración inicial

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Señor, te consagro a ti este momento de oración. Derrama tu Espíritu Santo sobre mi corazón para que pueda amar, comprender y poner en práctica tu Palabra de Vida. Amén.

  1. Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Juan (15,26–16,4)

Dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí. Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio.

”Les he dicho esto para que no se escandalicen. Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios. Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho. No les dije estas cosas desde el principio, porque yo estaba con ustedes.”

Palabra del Señor

  1. Meditación

Hemos comenzado la semana previa al día de la Ascensión del Señor: Él, resucitado, sube al Cielo para unirse nuevamente al Padre, llevando no solamente su divinidad, sino también nuestra humanidad redimida. Esta Ascensión también nos traerá otro beneficio: el Señor nos enviará desde el Padre el Espíritu de la Verdad. El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia, el guía indiscutido de la vida cristiana de nosotros, los bautizados.

San Agustín explica: “El Espíritu dará testimonio de mí, y ustedes lo darán en sus corazones y en su predicación. Él, inspirando; y ustedes haciendo oír su voz. Porque ustedes, que han estado conmigo desde el principio, podrán predicar lo que conocen.” El Espíritu es quien mueve a la misión de los bautizados: la misión de predicar a Jesús al mundo. Y agrega Agustín que “la caridad de Dios, difundida en sus corazones por el Espíritu Santo, les dará valor para dar testimonio.”

Esta caridad de Dios es la que nos motiva a no guardarnos el mayor bien que tenemos: la vida cristiana. Nos impulsa a salir por amor al encuentro de quienes viven sin Cristo, a ofrecerles ese Sumo Bien que ha marcado nuestras vidas para siempre, y sin el cual no podemos comprender el misterio profundo de nuestra existencia.

  1. Comunión espiritual

Señor Jesús, que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar, ahora que no puedo recibirte, te pido que vengas espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno en todo a ti. No permitas que jamás me separe de ti. Amén.

  1. Oración final

Señor, te agradezco por este momento de oración que he tenido en tu presencia. Derrama abundantes bendiciones sobre tu Iglesia: que el Espíritu nos mueva a predicarte a todos los hermanos, con nuestras palabras y obras. Protege al mundo del avance del coronavirus, ilumina la mente de nuestros científicos y gobernantes, dale la salud a los enfermos y el eterno descanso a los difuntos. Amén.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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