El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Gobierno llegaron a un acuerdo técnico para cerrar la segunda revisión del programa vigente con el organismo, informó el Fondo, el primer paso para liberar un giro por casi 4000 millones de dólares para alimentar las reservas y afrontar pagos de la deuda que se prevé llegará el mes próximo. Por primera vez, el Fondo dejó la puerta abierta a la posibilidad de cambiar las metas del acuerdo.
El Fondo anunció el nuevo acuerdo antes de la reunión que mantendrán en el consulado argentino en Manhattan el Presidente Alberto Fernández y la directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, el encuentro más importante que tendrá Fernández durante su gira por Estados Unidos. La foto y el nuevo apretón de manos servirá para coronar el trabajo de las últimas semanas del ministro de Economía, Sergio Massa, su equipo y los técnicos del Fondo, quienes lograron mantener a flote el programa luego de meses traumáticos para la economía argentina desde la renuncia de Martín Guzmán.
“Las recientes y decisivas medidas de política destinadas a corregir reveses anteriores están ayudando a restaurar la confianza y fortalecer la estabilidad macroeconómica, incluso mediante la reconstrucción de las reservas internacionales”, destacó el Fondo en un comunicado.
“El personal técnico del FMI y las autoridades argentinas acordaron que los objetivos establecidos en la aprobación del acuerdo permanecerán sin cambios hasta 2023. La implementación decidida de políticas sigue siendo esencial para consolidar la estabilidad macroeconómica y comenzar a abordar los desafíos arraigados de Argentina, en particular la inflación alta y persistente”, agregó el organismo.
El “staff level agreement”, un acuerdo técnico, será elevado ahora al Directorio Ejecutivo del organismo, el board, para su aprobación final. Una vez cumplido ese último paso formal, el Fondo liberará un giro por casi 4000 millones de dólares para la Argentina, que el Gobierno espera que lleguen al país en octubre.
El nuevo acuerdo con el Fondo le dio impulso al inicio de la gira presidencial por Estados Unidos. Alberto Fernández dará mañana su mensaje ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, y tiene previsto cerrar su visita el miércoles, en Houston, con empresas petroleras. Y renovó el compromiso del Gobierno con el programa de ajuste que diseñó Guzmán, y que profundizó en los últimas semanas Massa, ungido con un aval de Cristina Kirchner y el kirchnerismo que Guzmán nunca tuvo. Pero, más allá del nuevo avance, la salud del programa continúa en duda, al igual que el cumplimiento de las metas anuales. La próxima revisión será en diciembre.
Massa ha dicho en varias ocasiones que cumplirá con los objetivos y las metas del plan. Pero ese objetivo está en duda. Economistas y analistas en Buenos Aires y en Estados Unidos miran, sobre todo, la meta de reservas. El Banco Central debe sumar 5800 millones de dólares a las reservas netas este año. En Wall Street ven las medidas que implementó Massa como parches, y creen que la economía necesita un plan de estabilización más amplio y agresivo. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, urgió a Massa en su reunión en Washington a que ponga en marcha reformas para ganar “credibilidad”.
Luis Cubeddu, jefe de Misión para la Argentina y ahora también subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental en reemplazo de Julie Kozack, dijo que la revisión se centró en el repaso del programa desde la primera revisión, actualizar el marco macroeconómico y “llegar a acuerdos sobre un paquete de políticas sólidas” para encarrilar la economía.
“La revisión se centró en evaluar el progreso desde la finalización de la primera revisión, actualizar el marco macroeconómico y llegar a acuerdos sobre un paquete de políticas sólidas para continuar afianzando la estabilidad macroeconómica y asegurar un crecimiento sostenido e inclusivo”, dijo Cubeddu en el comunicado.
“En este contexto, se acordó que los objetivos clave establecidos al momento de la aprobación del acuerdo, incluidos los relacionados con el déficit fiscal primario y las reservas internacionales netas, permanecerán sin cambios hasta 2023. Este enfoque proporciona un ancla vital para continuar reconstruyendo la credibilidad y sostener el compromiso renovado de implementar el programa, en torno a los pilares de las autoridades referidos al orden fiscal y la acumulación de reservas”, agregó.
Cubeddu dijo que las presiones inflacionarias “siguen siendo fuertes”, pero de todos modos “se espera una moderación gradual durante el resto de 2022 y 2023 lo que refleja una combinación de marcos de políticas macroeconómicas más estrictas, incertidumbres reducidas debido a la implementación sostenida del programa y la evolución proyectada de los precios mundiales de las materias primas”.