Con las metas de inflación desterradas del Palacio de Hacienda, el Gobierno se resiste a entregar sus proyecciones. Pero el 23 por ciento previsto en el Presupuesto 2019 puede quedar como letra muerta a poco de iniciado el año. El secretario de Política Económica Miguel Braun, viceministro de Nicolás Dujovne, puso hoy sobre la mesa la estimación de las consultoras económicas. «Lo que se proyecta en el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central es una inflación del 28 por ciento para este año, con lo cual esperamos que durante los próximos meses la inflación esté entre 2 y 3 puntos y pueda de a poco ir bajando hacia la segunda mitad del año», dijo a periodistas en Casa Rosada.
Las consultoras revisaron sus estimaciones al alza en el REM (Relevamiento de Expectativas del Mercado) de enero. La mediana de inflación anual llegó a 29%, desde el 28,7% previo. De cumplirse esta previsión, la presidencia de Mauricio Macri terminará en las antípodas de su promesa de bajar la inflación a un dígito en cuatro años y con una suba de precios superior al 140 por ciento.
«Ya está empezando a bajar la inflación, lentamente va a mejorar la actividad económica y esperamos que eso nos lleve a tener un crecimiento cada vez más sólido», dijo Macri este miércoles en una entrevista radial. La inflación baja en comparación con el pico post devaluación de septiembre (6,5%) y octubre (5,4%), pero se mantiene en niveles altos y aceleró en enero, al llegar al 2,9%, según publicó el Indec este jueves.
Para bajar la inflación, el Gobierno tomó dos medidas. Cortó con el financiamiento del Banco Central al Tesoro, lo que suponía una emisión de pesos extra, y comenzó a restringir la cantidad de dinero circulante con las metas de agregados monetarios que el BCRA negoció con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La falta de una meta liberó el celo sobre las paritarias, que este año tendrán vuelo propio. Sin necesidad de cerrar un número lo más cercano posible a ese índice de precios deseable, en el Palacio de Hacienda apuestan a que este año haya una recuperación del salario real, tras la pérdida de poder adquisitivo de 11,5 puntos que registraron los salarios formales en 2018, según los últimos datos oficiales.
La primera señal al respecto llegó con la siempre difícil negociación con los docentes en la provincia de Buenos Aires: la administración de María Eugenia Vidal habilitó la cláusula gatillo para garantizar paridad con la inflación, luego de haberla negado sistemáticamente en 2018, y se mostró dispuesta a reconocer una parte de la caída real del año pasado. Si los gremios calculan que perdieron en 2018 unos 15 puntos, el ministro de Educación bonaerense, Gabriel Sánchez Zinny, estimó hoy en radio Metro que, sumando presentismo y otros extra, la brecha sería del 8,5%.
La inflación golpea a los trabajadores y también a las empresas. Según una encuesta de expectativas de PWC, el 78% de las pymes está preocupado por la inflación y el 76% por el financiamiento. Estos dos ítems se convirtieron en los principales temores de las empresas pequeñas y medianas y relegaron a un cómodo tercer lugar a la presión tributaria, principal preocupación de hace un año.
