El inolvidable Agustín Carabajal

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Los restos de Agustín Carabajal fueron llevados a peso al Cementerio de la Misericordia. Cientos de personas acompañaron en el dolor a la familia del folclorista. (Foto colecciçon Miguel Coria).

Por Miguel Coria-Especial para La Banda Diario

Agustín Carabajal fue uno de los artífices del folclore santiagueño, símbolo de una época laboriosa de nuestra música, fue él junto a muchos otros los que trabajaron para difundir el folclore santiagueño en Buenos Aires. Nació en La Banda el 14 de agosto de 1933 en el seno de una familia humilde, con el tiempo se transformó en un ícono del folclore argentino. Apadrinado por el Presidente de la Nación Don Agustín P. Justo, por ser el séptimo hijo varón y de quien recibió su nombre, el niño Agustín paso su niñez con su familia dedicándose a la cestería, eran fabricantes de canastos de caña hueca que luego comercializaban en el ferrocarril o en algún negocio grande del pueblo bandeño.

Sus primeros pasos

Recibió de su hermano mayor, Héctor, las primeras enseñanzas en la guitarra, pero el joven había nacido con un talento natural que lo llevo a convertirse en uno de los grandes compositores del folclore argentino.

Junto a su hermano Carlos, formo por aquellos juveniles años un dúo de destacada actuación en La Banda y Santiago, en esas andanzas conoció a un cantor y bailarín folclórico que con el tiempo se iba a transformar en su amigo, Antonio Ramírez. Juntos anduvieron por la ciudad y el interior provincial formando el dúo Los Centinelas de destacada actuación por aquella época.

Su consagración

Agustín Carabajal y Antonio Ramírez a finales de los años cincuenta formaron parte de la última embajada que el Patriarca del Folclore, Don Andrés Chazarreta, llevó a Buenos Aires para presentarse en un teatro. A la hora de la vuelta, ellos decidieron quedarse. Ya en la gran ciudad, un día guitarreando con amigos conocieron a dos hermanos músicos, Osvaldo y Luciano Duthú, templaron las cuerdas de sus guitarras, y tal vez sin saberlo estaban dando origen a una de las recordadas agrupaciones del folclore argentino, Los Cantores de Salavina.-

Los cuatro jóvenes músicos decidieron unir sus talentos artísticos en la formación de este conjunto que tuvo una muy buena repercusión en sus primeras presentaciones en peñas en la capital federal y se recuerdan sus actuaciones en radio Belgrano y en la televisión nacional. En el año 1962, Agustín Carabajal decidió retirarse de dicha formación. Sin saberlo se iba de un grupo donde la fatalidad lo iba a marcar. En octubre del año 1963 en un accidente automovilístico morían uno de los hermanos Duthu, Quinteros y su amigo Antonio Ramírez.

La vuelta

Ya de vuelta en La Banda, donde vino a buscar alivio al dolor por la muerte de su amigo Antonio Ramírez, y después de haber integrado por tan solo ocho meses los primeros años de Los Manseros Santiagueños, Agustín Carabajal y su hermano Carlos comenzaron a trabajar en la formación de una agrupación que con los años se transformaría en una de los conjuntos destacados del folclore santiagueño y argentino, Los Carabajal, que en los primeros tiempos se llamaron Las Voces de Salavina.

Agustín Carabajal es un símbolo para la familia Carabajal y el folclore santiagueño, por su personalidad, por su forma marcada al imponer respeto y responsabilidad a la hora de subir a un escenario. Murió un 14 de junio de 1975 víctima de una enfermedad terminal, tenía 42 años, se fue muy joven, no alcanzo a disfrutar del prestigio, la fama y el éxito que hoy tiene su apellido, pero su legado sigue presente en su familia, en su hijo convertido en un destacado músico integrante de la nueva camada de jóvenes del folclore, y en cada cantor popular que tuvo la suerte de conocerlo.

Su último adiós

La foto que acompaña este comentario muestra la mañana del 15/06/1975 donde fue llevado “a peso” el féretro con los restos de Agustín Carabajal hacia el Cementerio de la Misericordia. Fue acompañado por cientos de personas, amigos, músicos, cantores que sentían dolor por la perdida de tan gran artista. La foto fue tomada desde la terraza del Club Centro Recreativo y marca un hecho histórico para la ciudad de La Banda, donde también observamos la avenida Besares, su antigua fachada en esa esquina, con canteros con flores en el medio y hasta una vereda para caminar, como hoy lo tiene desde calle Avellaneda hasta Quintana.

Esta publicación quiere rendirle un homenaje a una personalidad autentica del folclore santiagueño, por todo lo realizado, por sus grandes creaciones que hasta hoy viven en el cancionero popular, pero sobre todo, por su gran merito de imponer un estilo, una forma de expresar el arte nativo y de hacerlo popular.

1 Comentario

  1. Los felicito por el artículo en homenaje a Agustín. Se lo merecía y como juriense radicado en josé c paz bs as, desde el 58, trato de estar siempre ligado a nuestras tradiciones. Gracias La Banda diario, a ver cuando visitan la ciudad de Juríes que ya es un polo de desarrollo, a pesar del poco apoyo a nivel vial. Por favor si van alquilen un vehículo, si es posible, helicóptero, pues las rutas Añatuya – Juríes o Juríes Bandera, son una lágrima. Por eso
    gente del pueblo le gritaba sus reclamos a Zamora y a los Barbur en laúltima visita del gobernador al pueblo y no se les movió un pelo. Hasta cuando quieran. Pacho Cejas

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