El padre y la madrastra de la nena de dos años que murió torturada en Paraná se acusan mutuamente

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El mediodía del jueves 7 de febrero, Nahiara, de dos años, ingresó al Hospital San Roque de Paraná, Entre Ríos, con un cuadro que impactó a los médicos: estaba desnutrida, deshidratada, tenía excoriaciones, úlceras, una fractura en el tabique nasal, hematomas repartidos en todo el cuerpo y hasta quemaduras de cigarrillos, entre otras lesiones, alguna de vieja data.

Los médicos intentaron estabilizarla en terapia intensiva pero no lo lograron. La pequeña tuvo una falla multiorgánica y pasadas las 22 del mismo día, falleció.

Por el aberrante caso el padre de la nena, Miguel Ángel Cristo, de 28 años de edad, y su madrastra, Yanina Soledad Lescano, también de 28, fueron detenidos luego de que la investigación fuera revelando el calvario que la niña padeció al cuidado de ambos. Hoy, los dos acusados afrontan una imputación por homicidio calificado agravado por el vínculo, ensañamiento y alevosía, y se culpan uno al otro por las torturas propinadas a Nahiara.

El viernes, Cristo declaró ante los fiscales de la causa, Juan Malvasio y Santiago Brugo, y cargó toda la responsabilidad contra Lescano, que el mismo día de la muerte de Nahiara tuvo una beba, producto de su relación con Cristo, que se había iniciado a principios de 2018.

El fiscal Malvasio reveló al Diario Uno que en la indagatoria Cristo «dijo que era víctima de amenazas, que había cuestiones que desconocía y sindicó a su pareja como la autora de este hecho».

A la salida de la audiencia, el acusado ratificó su versión: sostuvo que «jamás» lastimó a la pequeña. «Yo siempre la cuidaba. Era ella la que andaba en brujerías y me tenía amenazado con un arma. Me golpeó. Averigüen quién es la familia de ella», apuntó.

Además, Cristo dijo que no haber visto nunca los maltratos a Nahiara por estar «trabajando». «Quiero justicia por mi hija», cerró ante los medios.

De acuerdo a la investigación, Nahiara vivió un tiempo con sus abuelos paternos luego de la muerte de su madre (por cáncer, hace poco más de un año), y el padre se la llevó a su casa en agosto del año pasado, momento en el cual empezaron los maltratos.

Nahiara y Cristo compartían vivienda con Lescano y otros tres hijos de ella, también menores de edad, que están ahora a cargo del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia, y se encuentran en buen estado de salud.

En respuesta a las acusaciones de su pareja, Lescano aseguró no creer «que él pueda mentir así», expresó que «tiene que haber alguna forma de probar lo que él hacía» y denunció ser víctima de violencia de género.

«Yo le alcanzaba un balde de agua para desatarla cuando él la ataba. Seguramente podría haber hecho algo más, pero realmente no podía. No puedo creer lo que dice Cristo. Él cuenta como si nada lo que nos hacía a nosotros», sostuvo la mujer, quien pide salir de la cárcel para ver a su hija recién nacida.

«Que investiguen qué clase de madre soy. Mi hijo más grande tiene seis años. Que averigüen en el jardín al que iba. Yo le hacía los controles», finalizó.

Por lo pronto y mientras continúa la investigación, Cristo seguirá detenido en la Unidad Penal N°1 de Paraná, mientras que Lescano permanecerá alojada en la Unidad Penal N°6. El juez de garantías Elbio Garzón les dictó la prisión preventiva por el término de 60 días.

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