Casi una semana después de su muerte, Silvina Luna tendrá su despedida en el Panteón de la Asociación Argentina de Actores, en el Cementerio de la Chacarita. Esa fue su última voluntad -según expuso Ángel De Brito- y su hermano Ezequiel se puso en contacto con Alejandra Darín, la presidenta de la entidad, para cumplirla.
Después de varios días de demora por la realización de la autopsia, que se hizo este lunes, la ceremonia del último adiós se llevaría adelante el miércoles. Desde temprano, solo familiares y amigos íntimos podrán asistir a un pequeño velatorio en una funeraria de Núñez. Por su parte, los fanáticos y colegas de la rosarina solo lo harán en Chacarita a partir de las 12.30.
Silvina murió el 31 de agosto a los 43 años luego de pasar casi tres meses internada en la terapia intensiva del Hospital Italiano. Desde hacía años sufría dolores terribles como consecuencia de la cirugía estética que se practicó con Aníbal Lotocki en 2011.
Los sueños pendientes que Silvina Luna dio a conocer antes de su muerte
Horas antes de quedar internada en el Hospital Italiano, Silvina Luna habló con Nelson Castro sobre su delicado estado de salud. Al aire de Radio Mitre, explicó que los días eran cada vez más duros, ya que había momentos en los que no se podía ni levantar de la cama. “A veces duele tanto que no puedo hacer nada. Además, hace un año estoy batallando contra una microbacteria y hasta que no desaparezca no puedo entrar al INCUCAI”, explicó.
En esa breve charla, la modelo también dio a conocer su lista de sueños pendientes, los que tuvo que poner en pausa debido a sus problemas. “Viajes y pareja”, explicó en referencia a aquellos lugares que le quedaron por conocer y la llegada de una historia de amor que le diera la posibilidad de ser madre, como tanto anhelaba.
Por último, aseguró que se gastó una fortuna en remedios para aliviar el dolor y defenestró a Aníbal Lotocki, que le arruinó la vida en 2011 tras una mala praxis. “No es fácil esto, me encuentro en un momento complicado. Él no me advirtió de ninguna consecuencia. Me acuerdo patente cuando le pregunté si tenía una contraindicación y él me dijo que no. No me habló de granulomas ni nada que me pudiera llegar a complicar”, cerró con la voz entrecortada por la angustia.