Humillando por un sueño

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Viajar a Bariloche es el deseo de todo estudiante de secundaria. Desde hace varios años, la televisión ayuda a cumplir el sueño a distintos colegios a través de diversos programas de entretenimientos.

Feliz Domingo para la juventud fue pionero en la materia. Con sus clásicos juegos Yo Sé, Armar la palabra y el Ping Pong de preguntas y respuestas, entre otros desafíos, permitía que los jóvenes llegaran a la gran final que se dirimía con el cofre que sólo abría con la llave ganadora.

Hace pocos años surgió otro ciclo en Telefe, El último pasajero, que tenía el mismo espíritu pero que subía la apuesta en cuanto a los juegos. El programa tuvo buen rating los domingos, pero finalmente este año cambió de pantalla, se mudó a El Trece bajo el nombre de Bariló, a todo o nada y se emite de lunes a viernes de 18:30 a 20.

La idea es básicamente la misma, que los jóvenes puedan ganarse el tan deseado viaje, pero los caminos para alcanzarlo son más complicados y hasta a veces humillantes. Como dice el programa, a todo o nada.

Uno de las pruebas, por ejemplo que deben cumplir algunas estudiantes es raparse el pelo. Si lo hacen su curso tiene posibilidades de viajar. Si no se animan ganarán el odio de sus compañeros.

Como se pudo ver, la participante entró en una crisis de llanto producto de la prueba a la que tuvo que someterse por el bien de todos sus compañeros.

«Pelar a una adolescente que esta construyendo su subjetividad y su imagen es un ejercicio de la violencia. Y a pesar de que hay un aparente consentimiento, es algo viciado, es como confesar bajo tortura, eso la ley no lo reconoce como una confesión válida, es un consentimiento que tiene que ver con que alguien se inmole a favor del resto del grupo. Es como si sacrificaras a uno para que el resto pueda gozar de los beneficios del viaje y no es justo ni solidario», dijo a Teleshow.com la psicóloga y periodista Liliana Hendel.

Entre otras cosas, destacó que el daño no sólo es para quien se somete, sino para todo el grupo, porque queda endeudado con la persona que se sacrificó en pos del viaje, que debería ser algo placentero para todos. «No es bueno como mensaje en un programa masivo», agregó.

Otro juego es comer insectos con chocolate, como si fueran una fondue o que los hombres acepten depilarse con cera y a la vista de sus compañeros.

«Eso es terrible, nada se debe ganar a través de la violencia, y la persona que acepta estas reglas, no puede decir que no quiere, porque se gana repudio de sus compañeros. Es un ejercicio de violencia que no es divertido y no tiene que ver con el humor», explicó la columnista del noticiero de Telefe.

Como se sabe, el morbo es un condimento muy explotado en la televisión para captar televidentes. Ver cómo una adolescente llora por la pérdida de su cabello o probar a ver si estudiante se anima o no a comer una cucaracha para poder seguir en el juego parece ser la diversión de los productores de un programa que debería hacer felices a los jóvenes.

«Lo más grave es que no sabemos los daños que pueden causarles a los jóvenes, porque a una chica que se está formando, de repente encontrarse pelada a la fuerza, puede que no se reconozca, lo cual es grave en un adolescente, y hasta crea que ha perdido la seducción, porque es muy importante el cabello en las mujeres. Esta broma le puede causar un año de mucha angustia hasta que le vuelva a crecer el pelo», concluyó.

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