Como era de esperar, la tercera noche del Festival de Doma y folklore de Jesús María cumplió las promesas que se cifraban en los anuncios.
Teresa Parodi, Jairo y Raly Barrionuevo, ofrecieron momentos de esos que con canciones bien tratadas por los cantores y mejor recibidas por el público, hacen de los festivales mucho más de lo que suelen ser.
La brega festivalera apuntaba a los oídos atentos y en este sentido tuvo un comienzo inmejorable, con Teresa Parodi. Cerca de las 22, cuando el festival no había entrado en la órbita televisiva, la creadora correntina saludó a un anfiteatro poblado en un 70 por ciento con Esa musiquita, Pedro Canoero y Celedonia Batista, entre otras canciones de esas que ya se cantan y se escuchan más allá del nombre quien las hizo.
A las 22:30 el clarín estridente, los fuegos artificiales y el grito castrense dieron inicio a la transmisión televisiva. El Festival salía de la intimidad de los presentes y se ofrecía a millones de argentinos. Parodi regresó al escenario para continuar con su actuación y por un buen rato siguió fomentando esa sensación de que la alegría festivalera puede estar también en el rogocijo de sentirse identificado en una buena canción.
Así lo entendió el púbico que escuchó y celebró temas como la hermosa Retrato de un pescador, de Ramón Ayala, mientras en una de las tribuna laterales se agitaba una gran bandera que apoyaba el reclamo de los médicos provinciales en lucha por mejores condiciones de trabajo.
La caballada en el verde campo se alternaba con cantores que iban pasando por el escenario. Nacho Prado y Daniel Campos hicieron gala de sus voces portentosas y Los auténticos de Córdoba repasaron viejos éxitos. De pronto, bajados de quién sabe qué barulloso Olimpo, llegaron Los Dioses del chamamé.
Un preludio impropio, casi una broma teológica, antes de la actuación de Jairo, que protagonizaría otro momento importante de la noche. El cruzdelejeño, que hace tiempo adquirió carta de ciudadanía en el escenario Martín Fierro, comenzó con un homenaje a Atahualpa Yupanqui: La olvidada, La pobrecita y Los hermanos, marcaron el inicio de su celebrada presencia. Sin moverse demasiado de lo que se le conoce, también tubo tiempo para algunas de las canciones que compuso con Daniel Salzano, como Balacera, Los enamorados, Carpintería José y la conmovedora Ferroviario.
Sorpresa. La sorpresa de la noche fue la invitación de Jairo a Raly Barrionuevo, para hacer Chacarera de las piedras.
Cuando las luces de la televisión se apagaron y Jesús María volvió a ser privilegio exclusivo de los presentes, se abrieron las puertas del campo, que enseguida se convertiría, en una pista de baile animada por Raly Barrionuevo y su banda.
«Tenemos mucho tiempo, ya se acabo la televisión así que a relajarse», dijo el santiagueño mientras invitaba a los que quedaron a bajar de las tribunas y acercarse, antes de comenzar, solito con su guitarra, con esa monumento a la zamba que es Luna cautiva. Zamba de usted, Chacarera del sufrido, Chacarera del Río dulce, entre otras perlas de tradición, tocadas simples y amorosas casi como nacieron, hacían de la inmensa noche un patio.
El tunchi-tunchi de los boliches que circudan el anfiteatro llegaban hasta el escenario, mientras Raly elegía otra forma de intensidad para seguir encantando con canciones propias y ajenas. Al filo de las cinco de la mañana culminaba una gran noche con Zamba y acuarela, cantada junto a los pocos entusiastas que se habían quedado.
Pasaron ya tres días de festival, los de la apertura. Por 47ª vez la flecha está lanzada. Sin embargo, aun si sucedieron cosas interesantes como las de anoche, en el aire ronda cierta sensación de que este año todavía el festival no entró en combustión. Como explican los supersticiosos: el duende tarda en bajar.
Hoy lunes
Los Tekis, Los Huayra, Los Alonsitos, Gualicho, Emilio Morales, Murmullos, Flaco Peña (humor), El Negro Salvatierra.
Plateas desde $ 115. General $40. Jubilados $20. Menores $10. TV desde las 22.30 por Canal 10.
