Juan Alberto Badía habló de su lucha

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Si bien Juan Alberto Badía ya había hablado en radio de su enfermedad, esta vez decidió hacerlo en televisión, de la mano de Susana Giménez. “Qué flaquito, qué lindo que estás, estás apendejado”, fue lo primero que dijo la diva al verlo ingresar a su living.

«Algo me saqué de encima, un tumor. Marisa (su hermana) ha sufrido mucho. Siempre hemos sido familieros y unidos, pero esto nos unió mucho más. Mi familia es incondicional. Los tres hermanos nos fuimos juntos de viaje», contó Badía, quien aseguró que el tumor que tiene en el mediastino «está controlado, no está curado, pero está controlado».

El conductor no se había hecho un chequeo en los últimos diez años porque, según confesó, tenía fobia a los médicos: «Mi mamá se fue a hacer una operación simple y eso terminó con su vida y ahí me agarró una fobia con los médicos. El doctor Cahe creyó que estaba peleado con él. Él estuvo muy cerca en este momento mío».

Sobre el día en que se enteró lo que le ocurría, Badía dijo: «Me agarró un broncoespasmo en Canal 7 y fui al médico, ahí me asusté, no podía respirar. Me recetó para el broncoespasmo, pero me dijo ‘tenemos que hablar de otra cosa’. Esto fue el 9 de noviembre. Mi primer diagnóstico fue muy malo, el segundo fue ‘vamos a pelearla’. Tuve un oncólogo que me trató como un ser único y me dio fuerza para pelear».

«Gran parte daba la ciencia, pero gran parte era de uno. El médico habló con toda la familia y dijo que estábamos en condiciones de pelearla. Me dieron muchas quimio y duras. Todavía estoy en un tratamiento de post. El tumor era del tamaño de un sachet de leche y ahora es el de una pelotita de ping pong pinchada», comentó.

 «Lo que me pasó es en el mediastino, en el medio de los pulmones. Yo culpaba al cigarrillo, pero ya dejé de fumar. Este tipo de radiación no se la dan a todo el mundo, pero hay un sistema de salud que avanza y al que debemos acceder todos (…) La fuerza me la daban los televidentes y los oyentes. Yo he recibido amor. No desesperemos, mientras haya vida hay esperanza. Primero la aceptación. El estado de ánimo de una persona es fundamental. Mis hermanos y mis hijos me han puesto todo el tiempo alegría y diversión”, concluyó.

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